Director ejecutivo de Dorna
El patrón del campeonato explica la gran novedad del reglamento, las MotoGP, que se estrenarán en Qatar, con motor de serie y más baratas
Carmelo Ezpeleta
Sería imposible imaginar
el Mundial de MotoGP tal y como se conoce sin Carmelo Ezpeleta. De la
cabeza del máximo responsable de Dorna han salido la mayoría de los
avances que han convertido el campeonato en un evento de referencia, y
de su espíritu innovador nace este curso un nuevo reglamento con un
aspecto estrella: las motos CRT. Las siglas corresponden a «Claiming
Rules Team», equipos que se benefician de algunas ventajas en las reglas
para ser competitivos con menos medios y más baratos.
–¿Es la crisis la única razón que da lugar a las nuevas máquinas?
–Las circunstancias económicas han agudizado el problema, pero en cualquier caso, el precio al que se había puesto el alquiler de las motos de fábrica (3 millones de euros) las convertían en inviables. Con el reglamento anterior no había posibilidad de tener otros motores que fueran competitivos. Con el nuevo, hemos conseguido que propulsores no tan sofisticados, como las CRT, estén cerca de los de las marcas oficiales.
–¿Pero hay algo más que una reducción de costes?
–Sí, dar posibilidades a gente con menos dinero. Además de las motos de fábrica y las alquiladas por éstas a los privados, habrá privados que llevarán las CRT. Sólo con los equipos de fábrica no podemos hacer un Mundial. Ahora hay tres, en el mejor de los momentos hubo seis, pero esto no da para más de 12 motos. Siempre necesitaremos privados y lo que hemos hecho es que puedan correr con el mejor equipamiento y estén lo más cerca posible de las oficiales en el crono. Se trata de democratizar la parrilla y hacerla posible económicamente.
–¿Es el fin de los prototipos?
–No y nadie puede decir que las CRT no lo sean, porque son vehículos de carreras que no se pueden matricular. Siempre se competirá con prototipos.
–¿Ha buscado acabar con la «dictadura» de las fábricas?
–No es un problema de dictaduras. Hicimos una reglamentación para una época que no era de crisis, donde había dinero para hacer carreras con unas motos. Ahora, no hay este dinero y buscamos opciones que nos permitan espectacularidad y desarrollo tecnológico a menor precio.
–¿Cuándo serán competitivas?
–Creo que ya lo son. No me preocupa a cuánto está la primera CRT del ganador, sino a cuánto está de la última de fábrica. Y en eso no estamos tan lejos. Estas motos no están hechas para pelear contra Stoner, lo están para luchar contra las seis motos satélites de las marcas.
–¿Qué ventajas tendrán en el reglamento?
–Cada equipo con estatus CRT podrá usar 12 motores en vez de 6 y utilizar 24 litros de gasolina en lugar de 21 por carrera. Y para incentivar el atractivo de esta modalidad, habrá una clasificación oficial CRT y la mejor en los entrenamientos oficiales y las carreras subirá al podio.
–¿Le dice algo a los que auguran una pérdida de atractivo?
–Esos mismos son los que dijeron que Moto2 iría en contra del espectáculo, así que sólo les digo que tengan un poco de paciencia y esperen. Todos los cambios han sido para bien y los hicimos con gran parte de la Prensa y varios «sabios» en contra.
–En Ducati se quejan de lo difícil que va a ser alquilar motos por el límite de un millón de euros...
–Pues que no lo hagan. Y si no es posible, habrá sólo motos oficiales y CRT. Será misión de las fábricas hacer que el material que le oferten a un director de equipo privado por un millón le compense más que comprar una CRT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario