El extremo ha sido sustituido en los tres partidos que lleva con Míchel en el Sevilla y no marca desde agosto
Gregorio Manzano sabe perfectamente que a Reyes no le sienta nada bien que lo cambien. La salida de tono del delantero en San Mamés contra el entrenador tras su sustitución en el duelo de la primera vuelta, recogida por las cámaras de televisión, marcó un antes y un después en la relación de ambos, entonces en el Atlético. Sus caminos se separaron y ahora Manzano está sin equipo y Reyes en el Sevilla, que hoy, precisamente, recibe a su exequipo (22.00, La Sexta), ahora dirigido por Simeone.
Lo que no cambia, sin embargo, es que Reyes sigue sin aceptar las sustituciones. El pasado domingo, en Valencia, Míchel lo sacó del campo en el minuto 58 en lugar de Manu del Moral. El Sevilla ganó el partido (1-2), pero el extremo se fue enfadado de Mestalla. Nada nuevo; desde que llegara Míchel al banquillo del Sevilla, siempre lo ha sustituido, en los partidos con la Real Sociedad, Osasuna y Valencia. El futbolista comienza los partidos de forma efervescente, pero su chispa decae al llegar la hora de juego.
El martes, en el entrenamiento, Reyes le manifestó al técnico su disconformidad con la sustitución en Valencia, alegando además que era la tercera de forma consecutiva. Míchel, con tacto, el conseguido por su experiencia de futbolista, le indicó al jugador que las tres sustituciones las había efectuado esencialmente para su protección, pues no lo ve todavía fino en el aspecto físico. Su fútbol, vertical y veloz, necesita el mejor estado de forma.
“A Reyes le pasan dos cosas. Está notando su salida de las alineaciones en la última etapa en el Atlético y, además, ha tenido diversas molestias físicas desde que llegó al Sevilla. Yo no le pongo grilletes, simplemente le protejo”, afirma el entrenador; “estaba preocupado porque me vino enfadado por el cambio de Valencia, pero creo que lo ha entendido y que su implicación es máxima tras acatar nuestra decisión. Queremos que el tiempo que esté en el campo marque la diferencia y produzca para el equipo”.
El mensaje parece haber calado en el futbolista. En su comparecencia ante los medios del pasado miércoles, Reyes, que no concede entrevistas personales, reconoció que todavía le queda para alcanzar su tope físico. “Me falta muchísimo para llegar al cien por cien. El hombro me ha molestado en las dos últimas semanas y me he entrenado un poquito menos que el resto, pero llegaré a coger mi mejor forma”, destacaba el propio futbolista.
Además de sustituirlo en cada partido, Míchel ha recolocado al jugador en la banda izquierda. Con Marcelino, Reyes jugaba por dentro y acudía a recibir el balón en su campo, al tiempo que se perdía en interminables conducciones detenidas a muchos metros de la portería rival. “Ahora parte desde la banda y tiene libertad para crear”, señala Míchel, quien resta importancia al hecho de que el futbolista no vea puerta. De hecho, Reyes no marca desde el 4 de agosto, en la eliminatoria previa de la Liga Europa con el Atlético y ante el Stromsgodset, noruego.
Después de 25 partidos, sigue sin materializar un gol y solo ha dado dos asistencias, ambas de rojiblanco. Es, además, el jugador de la Liga que más veces ha rematado, 47, sin tino. “No me preocupa. Nunca fue un goleador. La clave está en que participe y haga jugar a los demás”, aclara Míchel. Pero, de momento, le vale con una hora.
Lo que no cambia, sin embargo, es que Reyes sigue sin aceptar las sustituciones. El pasado domingo, en Valencia, Míchel lo sacó del campo en el minuto 58 en lugar de Manu del Moral. El Sevilla ganó el partido (1-2), pero el extremo se fue enfadado de Mestalla. Nada nuevo; desde que llegara Míchel al banquillo del Sevilla, siempre lo ha sustituido, en los partidos con la Real Sociedad, Osasuna y Valencia. El futbolista comienza los partidos de forma efervescente, pero su chispa decae al llegar la hora de juego.
El martes, en el entrenamiento, Reyes le manifestó al técnico su disconformidad con la sustitución en Valencia, alegando además que era la tercera de forma consecutiva. Míchel, con tacto, el conseguido por su experiencia de futbolista, le indicó al jugador que las tres sustituciones las había efectuado esencialmente para su protección, pues no lo ve todavía fino en el aspecto físico. Su fútbol, vertical y veloz, necesita el mejor estado de forma.
“A Reyes le pasan dos cosas. Está notando su salida de las alineaciones en la última etapa en el Atlético y, además, ha tenido diversas molestias físicas desde que llegó al Sevilla. Yo no le pongo grilletes, simplemente le protejo”, afirma el entrenador; “estaba preocupado porque me vino enfadado por el cambio de Valencia, pero creo que lo ha entendido y que su implicación es máxima tras acatar nuestra decisión. Queremos que el tiempo que esté en el campo marque la diferencia y produzca para el equipo”.
El mensaje parece haber calado en el futbolista. En su comparecencia ante los medios del pasado miércoles, Reyes, que no concede entrevistas personales, reconoció que todavía le queda para alcanzar su tope físico. “Me falta muchísimo para llegar al cien por cien. El hombro me ha molestado en las dos últimas semanas y me he entrenado un poquito menos que el resto, pero llegaré a coger mi mejor forma”, destacaba el propio futbolista.
Además de sustituirlo en cada partido, Míchel ha recolocado al jugador en la banda izquierda. Con Marcelino, Reyes jugaba por dentro y acudía a recibir el balón en su campo, al tiempo que se perdía en interminables conducciones detenidas a muchos metros de la portería rival. “Ahora parte desde la banda y tiene libertad para crear”, señala Míchel, quien resta importancia al hecho de que el futbolista no vea puerta. De hecho, Reyes no marca desde el 4 de agosto, en la eliminatoria previa de la Liga Europa con el Atlético y ante el Stromsgodset, noruego.
Después de 25 partidos, sigue sin materializar un gol y solo ha dado dos asistencias, ambas de rojiblanco. Es, además, el jugador de la Liga que más veces ha rematado, 47, sin tino. “No me preocupa. Nunca fue un goleador. La clave está en que participe y haga jugar a los demás”, aclara Míchel. Pero, de momento, le vale con una hora.
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