Cristina Avellán, exentrenadora de la selección femenina de fútbol sala iraní, asegura que el hiyab, prohibido por la FIFA, no afecta al juego ni es peligroso para las rivales, “El velo es parte de su cuerpo”
Muy atrás queda la experiencia de Cristina Avellán (1975, Alicante) en Irán como seleccionadora del equipo femenino de fútbol sala. Llegó para dirigir a las jugadoras iraníes en 2007 y regresó a los seis meses a España.
Desde Alicante, donde ha puesto en marcha en la Universidad el proyecto “Promoción de fútbol sala femenino” para acercar a las jóvenes de los institutos este deporte, cuenta por teléfono que espera que la FIFA levante la prohibición y permita a las musulmanas jugar con velo, circunstancia que hasta ha demandado la ONU. La norma provocó el año pasado la descalificación del equipo femenino de Irán para los Juegos de Londres.
En 2007, la FIFA prohibió el hiyab al señalar que era peligroso para el equipo rival, algo que para la exseleccionadora no es cierto. “El velo ni es peligroso, ni impide a las rivales jugar normalmente”. La española cuenta que, cuando entrenaba al equipo en Irán, muchas de las jugadoras no llevaban el pañuelo islámico “hasta que entraba un hombre al campo”. “En ese momento”, prosigue, “todas nos teníamos que cubrir. Aunque eran pocas las veces que iban al campo y antes avisaban a la dirección”.
En la residencia de Teherán donde estaba alojado el equipo también explica que la vida era muy diferente si había o no hombres presentes. “Si ellos no estaban, las mujeres eran más libres. La cultura es muy diferente a lo que hay aquí. Son correctos públicamente y jamás te dirán algo vulgar por la calle o en el campo, aunque toda la vida gira alrededor de ellos y las mujeres están muy pendientes”.
Avellán cree que una cosa es discutir sobre si se debe llevar o no llevar velo durante los partidos de fútbol y otra debatir la ley iraní, que obliga a todas las jugadoras a cubrirse la cabeza, independientemente de sus creencias religiosas. “Es un debate que no se debe mezclar. Yo permitiría jugar con velo.
Muchas de las jugadoras estaban orgullosas de llevarlo y aunque les digan que pueden jugar sin pañuelo nunca se lo quitarán, forma parte de su propio cuerpo. Por eso creo que hay que respetarlo y no meternos. La discriminación es algo que tienen que arreglar ellos en el país de forma interna. Están luchando por sus derechos y por sus libertades. Nosotros no podemos hacerlo desde fuera”.
La alicantina, que volvió a España por algunos cambios de dirigentes en la federación iraní que apostaron por otras entrenadoras, remacha: “El velo no discrimina a la mujer. Creo que hay que respetar la libertad de cada uno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario