sábado, 3 de marzo de 2012

La eutanasia en Holanda avanza a clínicas privadas


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El funcionamiento de clínicas privadas en Holanda para practicar la eutanasia, ha generado sorpresa en todo el mundo.

Han puesto a disposición de los pacientes seis unidades móviles que prestan el servicio a domicilio y prevén que hasta medio año cuenten con un centro médico.

El primer día de servicio, es decir, el jueves pasado, recibieron once peticiones para practicar la eutanasia.

El objetivo de la clínica es dar asistencia a los pacientes que no logran que sus médicos de cabecera les den “una muerte digna”.

Por ahora, su funcionamiento es con financiamiento de los socios, pero harán gestiones para que los costos de las eutanasias sean solventadas por el Gobierno, considerando que es un servicio legal y que lo practican también en centros de salud públicos.

UNA SIMPLE DECLARACIÓN “Yo ya no quiero seguir. Realmente no quiero que se continúe mi tratamiento”. Con una declaración de intención de la Organización Holandesa para una Muerte Voluntaria (HMV), los médicos saben lo que la persona que la firmó quiere: morir con dignidad.

En abril del presente año se cumplen doce años desde que las autoridades holandesas decidieron legalizar la eutanasia.

No se conocen datos precisos sobre el número de pacientes con enfermedades terminales que se someten a la eutanasia; sin embargo, sólo en la clínica privada recibirán un promedio de mil solicitudes en el 2012.

RESTRICCIONES PARA LAS DROGAS Si bien el consumo de drogas denominadas blandas (marihuana y cannabis) está legalmente permitido en Holanda, en los últimos cuatro años las autoridades gubernamentales buscan controlar de alguna forma el masivo consumo, pero sobre todo evitar que se continúe incrementando el “narcoturismo), ya que hay miles de turistas que visitan ese país sólo porque está completamente liberado el consumo de esas sustancias nocivas.

Sin duda, Holanda es el destino de preferencia de una parte de la juventud europea que busca drogas blandas legales y un ambiente permisivo para su consumo.

Los famosos “coffee shops” son los lugares donde se ofrece y permite el consumo masivo de drogas blandas.

LA PROSTITUCIÓN, UN TRABAJO LEGAL Mientras que en la mayor parte del mundo el ejercicio de la prostitución es cuestionado, restringido y hasta perseguido, el Holanda cuenta con el respaldo legal.

Las trabajadoras sexuales que son de diferentes partes del mundo, no sólo holandesas, trabajan en un ambiente tranquilo y seguro, porque si algún cliente pone en riesgo su integridad física o vida, tiene un sistema especial para pedir auxilio e inmediatamente estará la Policía para protegerlas.

Si bien pagan impuestos, como cualquier otro profesional, también es protegida por el Gobierno y se garantiza su trabajo.

Tienen una especial y peculiar forma de ofrecer sus servicios, sobre todo en el barrio rojo de Amsterdam, donde se colocan en llamativas vitrinas con insinuantes ropas.

Si bien las autoridades no las obligan a someterse a controles de salud, existen centros de salud que las atienden, al igual que a los ocasionales clientes que lo soliciten.

Únicos.

Los Coffee shops

 

En Amsterdam, al igual que en otras ciudades de Países Bajos, existen algunos establecimientos donde es legal la venta y consumo de algunas drogas que en otros países de Europa están terminantemente prohibidas. Estos establecimientos son en su totalidad bares o cafés que tienen permitida la venta a sus clientes de pequeñas dosis de las llamadas "drogas blandas".

La venta de estos estupefacientes está prohibida en cualquier otro establecimiento, ésta es una medida llevada a cabo por las autoridades locales para intentar tener un consumo controlado.

Sólo 5 gramos

La venta a cualquier individuo no puede sobrepasar en ningún caso los 5 gramos al día. También existen restricciones para los vendedores, éstos no pueden tener en ningún caso más de 500 grs de "drogas blandas" en su local al mismo tiempo, además se debe certificar que tanto el comprador como el vendedor son mayores de edad.


Amsterdam una ciudad que sorprende a todos


Para muchos la ciudad de la locura para mí la ciudad de la tolerancia. Para personas conservadoras como yo, Amsterdam es una ciudad que impresiona, la mejor palabra para definirla es ‘sorprendente’, esperaba encontrar un ambiente de descontrol total, basándome en prejuicios, porque son permitidas acciones que en la mayoría de las sociedades son criticadas y acuñadas como problemas.

Mi visita a esta ciudad fue en fin de año. Para ser sincera pensé que sería una locura total. Pero me sorprendió por completo. Por un momento hasta pensé que podría ser peligroso, gente drogada con alcohol encima y petardos, además los canales por toda la ciudad, era para tener cuidado, sin embargo, no vi un solo incidente, aunque debo reconocer que había gente un poco loca.

Para una noche como ésta, con tantos turistas que han llegado para consumir marihuana y hongos, o simplemente para emborracharse e ir al Barrio Rojo, para mí lo más lógico era un gran despliegue policial, pero no fue así, caminé por buena parte de la ciudad y puedo decir que sólo vi una patrulla de la Policía. No había más.

Como todos saben, Holanda ha permitido el consumo de drogas blandas como marihuana y cannabis con el objetivo de reducir los índices de delincuencia. Mucho del turismo que llega a Holanda, principalmente a Amsterdam, es por la droga. Sin embargo, las cosas van a cambiar, el Gobierno conservador ha limitado esta política a sólo los residentes en territorio holandés. Los cambios han entrado en vigencia en 2012 pero por regiones, hasta mediados de 2012 los visitantes podrán entrar a los coffee shops y consumir cualquiera de las drogas permitidas.

El Gobierno holandés considera que la normativa de tolerancia fue creada para sus residentes, que debe mantenerse pero sólo para ellos, para dejar de incomodar a los países vecinos que se quejan que una medida como ésta en el territorio Schengen, con controles casi inexistentes para los turistas que regresan de Amsterdam, no es posible.

Es evidente que un turismo de drogas puede generar inconvenientes a los residentes, no obstante los comerciantes se han quejado de la nueva medida porque sin duda mermará el turismo y se extenderá el tráfico ilegal de drogas en las calles.

Como buena turista fui a conocer cómo funcionan los coffee shops, es muy interesante la naturalidad con que las personas compran marihuana o cannabis desde 4,5 euros, eso sí, estos lugares no sirven alcohol, son pocos los negocios que tienen licencia para vender. Se puede consumir en el establecimiento o comprar para llevar. Existe gran variedad de artículos que se pueden consumir hechos a base de drogas blandas.

El ambiente es como en cualquier bar, nada del otro mundo, aunque sí lleno de humo. Personalmente considero el tema de las drogas como algo negativo, no sólo por las consecuencias en la salud de los consumidores, sino por el daño que causa en los países de tráfico como Guatemala, en donde genera grandes problemas. Así que mi visita consistió en tomar un té mientras observaba.

 Es inevitable preguntarse ¿Cómo logran que esto funcione? En sociedades como la guatemalteca, creo que en la gran mayoría de sociedad, esto no funcionaría, tiene que existir algo que regule la conducta humana. En Holanda es impresionante la responsabilidad ciudadana, los holandeses se sienten comprometidos con la sociedad que su conducta está basada en evitar acciones que dañen a la comunidad. 

Trabajadoras sexuales también pagan impuestos


La prostitución es legal en Holanda, en Amsterdam y en su mayor parte se concentra en el Barrio Rojo donde ha gozado de una larga tradición de tolerancia. Desde octubre de 2000, las prostitutas de las ventana es permitida legalmente para el comercio carnal.

Hoy en día, las prostitutas en los Países Bajos también son contribuyentes. Desafortunadamente, la discriminación sigue estando muy parte integrante de este comercio como prostitutas dicen que vieron que algunos bancos se niegan a conceder hipotecas por ejemplo.

Sin embargo, ahora como una profesión de abogado, el Gobierno asegura que todas las prostitutas puedan tener acceso a la atención médica y el trabajo en mejores condiciones mediante el control y la vigilancia de trabajo prácticas y estándares.

Además, contrariamente a la creencia popular, el Barrio Rojo es en realidad la zona más segura en Amsterdam donde grupos de policías y guardaespaldas privados contratados por las chicas están siempre de guardia.

La prostitución de cabinas es distinto a los Países Bajos. En Utrecht, a 30 minutos al Este de Amsterdam, tiene su propia zona roja, mientras que Rotterdam tiene una serie de clubes de sexo o casas particulares (privenhuizen) y pequeñas ciudades como Groningen y Alkmaar también han subido al carro de la luz roja.

Para los que no se ofenden con facilidad, hay un montón de espectáculos sexuales en vivo, mayormente en Amsterdam, como la Casa Rosa (OZ Achterburgwal) y el famoso Moulin Rouge (Oudezijds Achterburgwal 5-7). Y para los curiosos, hay numerosos espectáculos con cabinas de vídeo.

El Barrio Rojo también el hogar de muchos bares gay y cines que se pueden encontrar en la calle Warmoesstraat muy ocupado. También hay un número de burdeles y casas privadas que ofrecen una forma más tradicional de la prostitución.

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