lunes, 4 de junio de 2012

El paro marca los nuevos rostros de la pobreza

  • En España hay 12 millones de personas pobres o con riesgo de serlo
  • Los comedores sociales doblan su demanda con respecto a otros años
  • Ciudadanos que estaban integrados en la sociedad ahora acuden a ellos
  • Cruz Roja y Cáritas piden ayuda ante el agravamiento de la crisis

COMEDOR SOCIAL
 
En el comedor social Santa María Josefa de Vallecas dan unas 600 comidas al día, el doble que hace unos años.
 
  Rafael nunca pensó cuando estudiaba Ingeniería Técnica Industrial que acabaría acudiendo a un comedor social. Con 46 años, ha aceptado empleos muy por debajo de su cualificación profesional pero ahora no encuentra ningún trabajo. Desde hace unos meses se ve obligado a acudir a la caridad para alimentarse

Cobra la ayuda a parados sin prestación de 426 euros y paga 327 euros de hipoteca. "Tengo que elegir, pagar la hipoteca y las facturas o comer. No me da para las dos cosas", cuenta , mientras espera su turno en el comedor de San Francisco (Madrid).

En otra fila, en el comedor social Santa Josefa de Vallecas, espera paciente una mujer de 60 años que no quiere desvelar su nombre. El motivo es que sus hijos desconocen que come cada día en un centro social. Fue auxiliar de enfermería y ahora paga la hipoteca con el dinero ahorrado en su plan de pensiones. "Mis hijos no saben nada, ya no viven conmigo y me da vergüenza contarlo", relata.

África tiene 57 años. Trabajaba en un hospital con ancianos y desde hace dos años está en paro. Tras muchos años pagando su hipoteca fue desahuciada y ahora vive en una habitación de alquiler por la que paga 300 euros. Sus únicos ingresos mensuales ascienden a 375 euros, así que también se ve obligada a comer de prestado.

Rafael, África y la mujer anónima no son casos aislados. Los comedores sociales se han llenado de ciudadanos que estaban totalmente integrados en la sociedad y a los que el zarpazo de la crisis les ha llevado a una realidad que nunca hubieran imaginado vivir.

Los tres tienen suerte. Duermen bajo techo. Los hay que se han quedado en la calle. J.M.M trabajaba como técnico electrónico en Soria y se quedó en paro. Probó suerte en Madrid y esta le dio esquinazo. Ahora duerme cada noche en un cajero y acude a comer y cenar a un comedor social.

Ante este panorama desolador, Cruz Roja ha lanzado, por primera vez en su historia, una campaña para recaudar fondos para la población española que está sufriendo los efectos más virulentos de la crisis.

"No son ni indigentes, ni toxicómanos ni analfabetos"


COMEDOR SOCIAL
 
Los voluntarios sirven la comida en el comedor social.

Cáritas, Cruz Roja y la Red Social contra la pobreza y exclusión social coinciden al asegurar que los rostros de la pobreza han cambiado, y mucho, en los últimos años. No son, en muchos casos, ni indigentes, ni analfabetos, ni toxicómanos ni personas provenientes de familias desestructuradas ni inmigrantes sin familia en España, colectivos que hace tiempo copaban los comedores sociales. 

"Sólo el 5-10% de las personas que atendemos son personas sin ninguna cualificación o sin una actividad previa remunerada", ha explicado el coordinador general de Cruz Roja, Antoni Bruel.

Familias con todos los miembros en el paro, desempleados de la construcción, jubilados con pensiones mínimas y cargas familiares, inmigrantes en paro y parados de larga duración son algunos de los nuevos rostros de la pobreza.

Gabriela Jorquera, coordinadora en Madrid de la Red Social contra la pobreza ha afirmado que actualmente más de 12 millones de personas están en situación de pobreza o en riesgo de pobreza en España.  "Desde 2009 este colectivo aumenta a un millón de personas más por año. El dato es dramático", ha añadido.

Pero ¿qué es ser pobre? Las organizaciones plantean como principal indicador de la pobreza el nivel de renta mensual y consideran que un ciudadano está en situación de pobreza relativa cuando su renta está por debajo de los 627-641 euros mensuales. El indicador cambia si hablamos de familias con más miembros.

El paro es el denominador común de las nuevas caras que muestra la pobreza. El impacto de la brutal crisis económica ha hecho que muchas personas que se encontraban en contextos socioeconómicos seguros hayan entrado a formar parte de los colectivos atendidos por la organización humanitaria.

Jorquera cree que cuando alguien acude a la organizaciones sociales es que ha agotado ya muchos recursos. Critica también los "débiles mecanismos de protección" en España y echa en falta un plan de lucha contra la pobreza.

Por su parte, el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, considera que la pobreza en España se ha hecho "más extensa, más intensa y más crónica". 

Obligados a elegir: hipoteca o comida


La hermana Asunción García gestiona desde hace 30 años el comedor social San Francisco y dice estar "sorprendida" ante la avalancha de gente que acude a comer en los últimos años y, especialmente, desde hace meses.

"Hay días que hemos dado hasta 500 comidas", ha explicado a RTVE.es, para añadir: "Antes, hace años, atendíamos a personas excluidas socialmente. Yo he visto ahora en mi comedor a gente con chaqueta y corbata". 

Similar discurso el de otra religiosa, la hermana Josefina Murillo, que no da a basto cada día en un comedor social de Vallecas. Ella lo tiene claro: "Los que vienen aquí están en una situación límite. Muchos están ahogados de facturas, tienen una vida normal pero comen de la caridad porque no les queda otra". Hace unos años daba 300 comidas al día, ahora 600.

Asomarse a la puerta de cualquier comedor social en Madrid a las 14 de la tarde supone ver la misma escena. Una fila de gente esperando su turno para comer. Hay más hombres que mujeres y algunos tratan de ocultarse debajo de gorras y gafas de sol.

José María, que se define como "vigilante de seguridad con estudios" sale de un comedor con su carpeta llena de curriculums. Lleva también un libro de Dostoievski y varios de autoayuda. Sorprende la serenidad de alguien que cuenta que lleva años dando tumbos por Valencia, Barcelona y Madrid, que duerme en albergues y que no tiene dinero para pasar la pensión alimenticia a su exmujer para sus hijos, a los que no ve desde hace años.

"Yo se que voy a salir adelante. Nada pasa por nada en la vida y todo se termina colocando", asegura, tras compartir un plato de potaje con Miguel Ángel, obrero al que no faltó trabajo durante el boom inmobiliario en España. Ahora no encuentra trabajo y con los 426 euros que recibe al mes paga la pensión alimenticia a su exmujer. Duerme en albergues pero sonríe cuando dice que sus hijos no saben nada de su situación que, confía, "cambiará".  

Joanna es colombiana y era empleada del hogar. Está en paro, al igual que su marido, que cobra 426 euros al mes. Tienen dos hijos de 16 y 17 años. Mientras sus hijos van al instituto, ella acude a un centro a comer, mientras su marido hace lo propio en otro. Los dos se llevan a casa fruta y solo compran comida para sus hijos. Eso sí, Joanna baja la mirada para decir que no siempre se cena en casa.


Cruz Roja y Cáritas piden ayuda ante el agravamiento de la crisis

 

COMEDOR SOCIAL
 
Los menús y la alimentación es variada.

Crecen sin control los casos de privación material (nutrición inadecuada o inexistente, impago de facturas, incapacidad de hacer frente a imprevistos) y tanto los comedores sociales como los centros de reparto de alimentos, ropa o artículos de higiene no dejan de aumentar su demanda.

Cruz Roja ha iniciado recientemente una campaña para recaudar 30 millones de euros necesarios para atender en los próximos dos años a 300.000 personas que están en situación extrema de vulnerabilidad social debido al agravamiento de la crisis.

Desde Cáritas también solicitan ayuda. "Ante la gravedad e intensidad de la realidad social es esencial la cooperación de todas las personas, instituciones públicas y privadas, empresas y demás actores sociales", ha señalado el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora.

El coordinador general de Cruz Roja ha animado a los que soportan la crisis a que ayuden a los que están siendo estrangulados por ella. Se muestra eso sí satisfecho con la solidaridad mostrada en España. "En el último año hemos apuntado a 40.000 socios más, es un dato muy significativo", ha dicho.

 Cáritas también destaca un aumento en el 3,5% del número de voluntarios.

Un voluntario del comedor Santa Josefa asegura que "muchos" deberían pasarse por allí y trabajar con ellos una semana. "Si lo hicieran los que tienen responsabilidad y capacidad para cambiar las cosas, otro gallo cantaría", asegura.
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario