"Mi misión es liderar los valores de la izquierda y para que la austeridad no sea una fatalidad", asegura el futuro presidente socialista de Francia que negociará con Alemania el tratado de disciplina presupuestaria para apostar por el crecimiento
François Hollande y su pareja, Valerie Trierweiler, celebran en la Bastilla la victoria socialista
François Hollande, ganador de las elecciones presidenciales francesas en 2012
Francia ha virado hacia la izquierda. Desde la victoria de François Mitterrand
en 1981, la República francesa no celebraba la llegada de un presidente
socialista. Y desde esta noche lo celebra con la victoria ajustada de François Hollande que acaba con cinco años de "reinado" del conservador Nicolas Sarkozy,
que por el momento no cumple con su promesa de dejar la vida política
si perdía las elecciones presidenciales. Hollande se convierte en el
segundo presidente socialista de la Vª República.
Con esta victoria socialista, la izquierda francesa recupera el
Palacio del Elíseo 17 años después en unos comicios marcados por la
mayor crisis económica de los últimos sesenta años en Europa.
¿Pero realmente podrá virar y cambiar el actual rumbo de austeridad
bajo la dictadura de los mercados y de la disciplina fiscal y
presupuestaria que lidera la canciller conservadora alemana Angela Merkel y que apoya el presidente español Mariano Rajoy?
El tiempo lo dirá, pero vaya por delante que en los últimos treinta
años diferentes presidentes franceses han prometido iniciar reformas que
luego difícilmente han logrado cumplir.
Algunas de sus propuestas se basan en aumentar la justicia social y
modificar la actual política europea marcada por la voluntad de Alemania
de imponer la disciplina fiscal y los ajustes presupuestarios. El
cambio del estatuto del Banco Central Europeo (BCE) para que pueda
prestar directamente a los Estados, la creación de los eurobonos para
financiar grandes proyectos de futuro y la reforma del Banco Europeo de
Inversiones (BEI) para que pueda recaudar una tasa sobre las
transacciones financieras, son otras de sus propuestas.
Hollande espera reactivar la economía europea y, por ende, la
francesa, lo que le permitirá financiar su política social sin hacer
explotar el déficit público, que se ha comprometido a equilibrar en
2017, un año más tarde que Sarkozy.
El candidato socialista ha basado su campaña en la juventud y a ella
van dirigidas dos de las principales medidas de su programa.La
contratación de 60.000 docentes pretende paliar la reducción de
funcionarios en ese sector del último quinquenio, en el que el
presidente saliente no sustituyó a la mitad de los que se jubilaron.
Junto a ello, Hollande ha propuesto el llamado "contrato de
generación", que fomenta el empleo de jóvenes para asociarlos a personal
experto al borde de la jubilación con el fin de que les transmitan sus
conocimientos, a cambio de exenciones fiscales para la empresa.
Otra fuente de financiación pasa por una reforma de la política
fiscal destinada a tasar a las rentas más elevadas, con la intención de
que tributen con un 75 % aquellos que ganen más de un millón de euros al
año.
En política energética, Hollande propuso reducir paulatinamente el
peso de la nuclear en la producción eléctrica de Francia, para que antes
de 2025 pase del 75 % actual al 50 %.Pero ante la polémica generada por
esta noticia en un país consciente de que la energía atómica reduce su
factura eléctrica, el político socialista indicó que solo pensaba cerrar
una central en el presente mandato, la más antigua del país, la de
Fessenheim, en el este de Francia.
Para sustituir a la energía nuclear, Hollande propone aumentar el
peso de las renovables, que quiere desarrollar con créditos y
subvenciones.Además, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de
los franceses, Hollande propone bloquear durante tres meses los precios
de los combustibles.
Hollande se convierte a los 57 años en el séptimo
presidente de la Quinta República, el primero de izquierdas desde su
admirado Mitterrand (1981-1995) y permanecerá cinco años a la cabeza de
la quinta potencia económica mundial.
Pero lo que está claro es que ha nacido una esperanza encarnada en
François Hollande. Una nueva ilusión ha nacido bajo la presión de los
mercados y la grave crisis de desilusión y de deuda que padece Europa.
Como si se tratara de recordar la ilusionante victoria del presidente demócrata estadounidense Barack Obama hace cuatro años, ahora el futuro presidente francés, el socialista François Hollande,
se ha erigido como el líder, la "Juana de Arco" de una nueva Francia
que debe recuperar la ilusión y los valores de la izquierda no sólo en
el país vecino sino en toda Europa sometida a la crisis de deuda.
Faltará saber a partir de mañana lunes 7 de mayo cuáles son los desafíos y cómo los desarrollará
el nuevo presidente francés, que se ha comprometido ante los franceses y
ante el resto de europeos a renegociar con la canciller alemana Angela
Merkel el tratado de estabilidad europeo que impone los recortes del
déficit y la austeridad para impulsar políticas económicas de
crecimiento que ayuden salir de la crisis y que no estén marcadas
exclusivamente por los ajustes sociales y las subidas de impuestos.
Hollande subrayó hoy su intención de dar una dimensión de crecimiento
y de empleo a la construcción europea, y que piensa hablar de eso "lo
más pronto posible" con los otros países de la UEy en particular con
Alemania.
"Mi misión es dar a la construcción europea una dimensión de
crecimiento, de empleo, de prosperidad, de futuro y es lo que diré lo
más pronto posible a nuestros socios europeos y en primer lugar a
Alemania", dijo Hollande en un discurso en su localidad natal de Tulle
(en el departamento de la Corrèze ubicado en el centro de Francia) ante
miles de seguidores socialistas que anrbolaban francesas europeas y
tricolores francesas.
El próximo presidente socialista de Francia se ha visto beneficiado
por la crisis económica -a pesar de que en su país la tasa de desempleo
es del 10% y que crece económicamente junto con Alemania y a diferencia
de la recesión que padece España- y ha logrado "eliminar" del mapa
político al lider conservador Nicolas Sarkozy, que ha sido otra víctima
política más de la crisis europea.
"Seré el presidente en nombre de la amistad que nos une y de la
responsabilidad común y voy a trabajar para extender la justicia social
para todos y para dar esperanza y acabar con la precariedad en la que
viven miles de jóvenes", señaló en su primer discurso tras conocerse los
resultados de los comicios, en los que salió vencedor frente al
presidente saliente, Nicolas Sarkozy.
"Soy consciente de que Europa nos mira y estoy seguro de que en
muchos países europeos (su victoria) ha sido un alivio, una esperanza"
porque "la austeridad no podía ser una fatalidad".
Hollande, que durante toda su campaña reiteró su
intención de reformar el tratado europeo negociado a finales del pasado
año y firmado a comienzos de marzo para añadir medidas en favor de la
reactivación económica y a ese respecto se mostró convencido de que la
jornada de hoy "debe ser un nuevo punto de partida para Europa".
"No somos un país cualquiera del planeta, somos Francia. Y como
presidente de la República me corresponderá llevar las aspiraciones que
siempre han sido del pueblo de Francia: la paz, la libertad, la
responsabilidad", o el derecho de cada pueblo de emanciparse de las
dictaduras.
En otro momento de su discurso, había enumerado algunos de "los
desafíos que nos esperan", y destacó en particular la recuperación
económica, la reducción del déficit, "la preservación del modelo
social", "la igualdad entre nuestros territorios", "la prioridad
educativa", "la transición ecológica" y "la reorientación de Europa por
el empleo, por el crecimiento, por el futuro" y "la necesidad de
comprender que la austeridad no es una fatalidad y que hay que apoyar
políticas de crecimiento para dejar de lado sólo las políticas de
austeridad que se han tomado hasta ahora en Europa".
El jefe del grupo parlamentario socialista, Jean-Marc Ayrault,
cuyo nombre es uno de los que se barajan como futuro primer ministro de
Hollande, había indicado esta tarde que el presidente electo hablaría
esta misma noche, una vez que se confirmara su victoria, con la
canciller alemana, Angela Merkel, que fue junto a Sarkozy la principal
responsable del diseño del nuevo tratado europeo.
Hollande, ha agradecido a los franceses la confianza que han depositado en el para convertirle en presidente de la República francesa.
Hollande, en su primer discurso, pide ser juzgado por dos
compromisos: la justicia y la juventud. Las estimaciones de voto apuntan
a una victoria suya con un porcentaje del 51,90, frente al 48,10% de
Sarkozy con una participación que alcanza el 80% del electorado. Estos
resultados abren una nueva era en Europa y en la gestión de la crisis
económica.
El próximo presidente se se ha dirigido a sus votantes desde la plaza de la Catedral de Tulle tras ser elegido como nuevo presidente de la República francesa ha asegurado que "el cambio empieza ahora para Francia,
para apostar realmente por los valores de la justicia social y del
apoyo a los jóvenes y luchar por recuperar los valores de la igualdad,
la libertad y la fraternidad y para que la austeridad no sea la única
política dominante y apostar por el crecimiento".
"Soy socialista y siempre he querido reagrupar a los humanistas y el
mayor apoyo social para que los valores de la izquierda ganen en Francia
y en Europa".
El presidente electo de Francia, el socialista François Hollande, ha
señalado en su primer discurso tras su triunfo en las elecciones
presidenciales que el pueblo ha elegido el "cambio" y asegura que será
el presidente de "todos" los franceses.
En la plaza de la Bastilla de París, tradicional lugar de celebración
de las victorias electorales de los socialistas y de la izquierda
francesa en general se han concentrado decenas de miles de franceses
socialistas concentrados celebrando la victoria de su líder.
Una hora antes, Nicolas Sarkozy había reconocido la victoria del socialis François Hollande en las elecciones presidenciales de este domingo.
En un discurso adelantado casi una hora (estaba previsto para las
21.30) el presidente saliente ha asegurado que ya había hablado con el
socialista para desearle suerte y había admitido su responsabilidad.
Sarkozy, aclamado por los suyos, no ha confirmado su salida de la
política pero ha afirmado: "En este momento me dispongo a convertirme en
un francés entre los franceses".
¿Cambio en las políticas económicas de Europa?
La elección del socialista francés François Hollande
como nuevo presidente francés puede culminar el cambio de las políticas
económicas que está viviendo la Unión Europea, con un mayor énfasis en
la promoción de crecimiento y el empleo frente a la insistencia en la
austeridad de los últimos años.
Este proceso de cambio ya se estaba notando en la UE en las últimas
semanas, visto que las políticas de austeridad han logrado ya todo lo
que podían, según recordó una fuente diplomática, y su continuación
puede estrangular el crecimiento.
El resultado francés implica la derrota en las urnas de otro Gobierno
de la UE , una constante desde el inicio de la crisis, y supone también
el final del dúo "Merkozy" que ha marcado la respuesta
europea a los problemas económicos durante los últimos dos años.En los
últimos diez días, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha urgido en Bruselas a poner en marcha una estrategia de crecimiento; mientras que y el comisario europeo de Economía, Olli Rehn,
el gran oráculo de la austeridad, abogó ayer en la capital europea por
potenciar las inversiones públicas en sectores clave para promover la
recuperación, informa EFE.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,
afirmó hoy que comparte con Hollande "la convicción de que hay que
invertir en el crecimiento y en las grandes redes de infraestructura",
aunque manteniendo la consolidación presupuestaria y la reducción de la
deuda.
En los últimos dos años, el acento sobre la austeridad en los países
más afectados por la crisis (Grecia, Portugal o España) ha generado una
caída de la actividad y un crecimiento del paro, que se en la zona euro
ha igualado su récord del 10,9 % en marzo pasado, una cifra récord.
"Es el momento de cambiar la dirección de Europa", se apresuró a
decir hoy el presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán
Martin Schulz tras conocer el resultado de la votación en Francia.
El primer ministro belga, el también socialista Elio Di Rupo, el
primer dirigente internacional en felicitar a Hollande, dijo que espera
trabajar con Hollande y con los demás líderes de la Unión Europea "en la
concreción de un plan de crecimiento y creación de empleos".
Di Rupo, quien estaba en París para la celebración de la campaña de
Hollande, insistió en que la "necesaria" responsabilidad presupuestaria a
nivel europeo debe ir acompañada "de una ambiciosa estrategia de
recuperación para el beneficio de todos los europeos".
Una de las ideas que defiende Hollande es el empleo a gran escala de
fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para promover las
inversiones en infraestructuras clave a nivel europeo con los que
fomentar el empleo, una cuestión que tiene cada vez más seguidores en
los despachos de Bruselas.
Hollande también defiende la revisión del "pacto presupuestario"
firmado en marzo pasado por 25 de los 27 países comunitarios, pero en
ese aspecto todas las fuentes consultadas en las últimas semanas
coinciden en que en ese frente no tiene posibilidades de avance.
Más allá de la política económica, la victoria de Hollande supone el
final del dúo "Merkozy" que Merkel y el presidente saliente, Nicolas
Sarkozy, han integrado en los últimos años para marcar las políticas de
la UE con unas formas (no las decisiones) contestadas por muchos de sus
socios comunitarios.
El líder de los liberales en el PE, el ex primer ministro belga
Verhofstadt, señaló que Hollande apuesta por "un impulso al proyecto
europeo" en lugar de las "decepcionantes" políticas intergubernamentales
que defendía Sarkozy.
La victoria de Hollande supone "un profundo rechazo a la locura de
'Merkozy' que ha ahogado el crecimiento económico en los últimos dos
años", dijo por su parte el presidente del Partido Socialista Europeo,
Serguei Stanishev.
El presidente francés saliente también alienó a muchos europeístas
con sus guiños a la extrema derecha francesa que cuestionaban algunos
logros de la UE, sobre todo la apertura de fronteras del Tratado de
Schengen.
En este sentido, la comisaria europea de Justicia, la democristiana
luxemburguesa Viviane Reding, no tuvo empacho en señalar en Twitter que
la victoria de Hollande por encima de su correligionario Sarkozy supone
"al fin, una Francia de la Justicia".
Alemania apoya a Hollande
El gobierno alemán se comprometió hoy a mantener una "estrecha
colaboración" con el nuevo presidente francés y pronosticó que se
encontrará una vía de compromiso entre la vía del pacto fiscal y la del
crecimiento económico para conseguirlo.
"Ambas partes están dispuestas a buscar un compromiso pragmático y
viable para lograr el objetivo común de la estabilización del euro",
afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, en
declaraciones a la televisión pública ZDF.
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