El debate sobre un nuevo liderazgo en la UMP girará en torno a los tres «pesos pesados», Juppé, Fillon y Copé
La campanada dada por el líder de los centristas franceses, François Bayrou, cuando pidió el voto para el socialista Hollande ha provocado un seísmo en las filas del centro-derecha. En el partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular (UMP),
aseguran que Bayrou se ha suicidado políticamente y que serán legión
los militantes centristas que se unirán a ellos. Pero, en la trastienda
del partido, ya se comienzan a hacer cábalas con los escenarios que se
abrirían tras una eventual derrota de Sarkozy.
A
grandes líneas, en la UMP confluyen dos grandes corrientes: la
“humanista”, más sosegada e inclinada hacia el centro, y que ha sido
eclipsada en esta campaña; y la “populista”, que no ha tenido reparos en
salir a la caza del votante de extrema derecha. Entre ambas aguas,
toman posiciones los tres grandes gurús del partido: Alain Juppé, ministro de Exteriores; Jean-François Copé, secretario general; y François Fillon, primer ministro.
Una
derrota de Sarkozy va a provocar el insoslayable debate sobre si se ha
acertado en la estrategia de la campaña o si se han abandonado las señas
de identidad del partido. Y ahí estarán Juppé, Copé y Fillon para
restañar heridas, evitar divisiones... y no perder las riendas de la
formación.
Una
victoria haría menos amarga la controversia, pero esta estallará de
nuevo, en cuanto haya que preparar la estrategia de las próximas
elecciones legislativas, en las que la extrema derecha de Le Pen volverá
a estar muy presente. O cuando a medio plazo haya que encarar la
sucesión de Sarkozy, que se comprometió a no estar más de dos mandatos
en el poder.
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