Javier Caballero
Como todas las pretemporadas, a los del palco se les llenó la boca
con una meta en cada presentación: "Hay equipo para entrar en Champions.
De sobra. Sería un fracaso estrepitoso no hacerlo". Se acababa de
descapitalizar la escuadra, a efectos emocionales y deportivos, con la
marcha de De Gea, Forlán y Agüero, y nos dieron buen Tigre por liebre,
cedidos incluidos y regresos.
A las primeras de cambio se marchó un
manejable entrenador de Jaén, los jugadores tardaron en cobrar y se tiró
del remedio por la vía sentimental antes de que la turba demoliera la
zona noble sin esperar a la mudanza a La Peineta: "Traigan al Cholo que
nos hundimos aunque Caminero salga por peteneras", dijeron.
El motorcito
de la rabia, la identidad y la presión se gripó pronto aunque dio para
llegar hasta una final de cierto mérito. La temporada 2012 boquea y
salvo milagro (que desgraciadamente no se obrará) los del Manzanares
jugarán otra vez la copa de los idiotas, esa UEFA que desprecian hasta
los equipos de Manchester.
El City y el United pasaron olímpicamente de
este interminable agotador serial de medianías vista la entrega y la
tensión con la que disputaron sus cruces. La Champions es la que da
dividendos y prestigio. Y otro año más los rojiblancos se quedan a la
puerta del gran baile.
Este nefasto curso (y van...), en el que los del palco pretendían
entrar en Champions ganando ¡¡tres partidos fuera!!, y siendo apeados de
Copa por el Albacete, la Liga de Campeones ha sido tan barata
que se podría bajar a Segunda y clasificarse; o entrar en la previa con
más goles encajados que anotados; o quedar tercero en la tabla empatado a
puntos con el colista.
Lo de los partidos lejos del Calderón
ha sido de barraca de feria: desastres en el Nou Camp (manita
sonrojante), Granada (0-0 de opereta), San Mamés (baño de lluvia y
dignidad, 3-0), Getafe (3-2 contra 10 y yendo 0-1), la enémisa bofetada
del Madrid (4-1, cómo no), la calamidad en Cornellá (4-2 engañoso,
deberían ser nueve), la incapacidad contra dos que bajan (Sporting y
Racing), y derrotas contra Levante y Zaragoza cuando había que dar la
cara.
El milagro de la cuarta plaza no se sostenía por ningún sitio. Y
la gente achaca a la mala suerte el gol del último minuto de la Real o
el empate del Betis del domingo. No hay peor ciego....
El daño no es nuevo. Desde el regreso a Primera el Atlético ha tenido
esta extraordinaria progresión: 2003, duodécimo; 2004, séptimo; 2005,
undécimo; 2006, décimo; 2007, séptimo; 2008 y 2009, cuartos al fin y de
chiripa; 2010, novenos y el año pasado séptimos, entrando en la
horrorosa UEFA por caridad y jugando la previa.
Por no hablar de la
inquebrantable maldita racha contra el Real Madrid o que solo se haya
aportado nueve jugadores a la mejor Selección de nuestra Historia en
estos 12 años que lleva el siglo XXI.
Hay que admirar el camelo permanente, el espejismo continuo y la prestidigitación que la zona noble ejerce.
Un par de trofeos y una final de Copa del Rey valen para camuflar tanta
incompetencia servida fríamente en 25 años. Zorrunos, juguetean
impunemente con la ilusión proverbial del aficionado ahora que otra
final servirá de cortina de humo y bálsamo hasta la nueva sarta de
fichajes y comisiones del verano que se avecina.
¿Qué supuso Hamburgo? ¿Qué supondrá Bucarest?, ¿ganar la UEFA
para ganarla el año que viene otra y otra vez y justificar que no se
puede entrar en Champions? ¿para ser el rey de los tuertos con
miopía? Basta de engaños. No trafiquen con la ilusión, no hagan
contrabando de humo. Dejen paso y devuelvan este club que no les
pertenece (palabrita de la Ley) para que los que saben lo devuelvan a
donde merece. Basta de paños calientes. Basta de excusas. Basta. Basta.
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