sábado, 5 de mayo de 2012

Atlético de Madrid: Otro año, otro engaño

Javier Caballero


Como todas las pretemporadas, a los del palco se les llenó la boca con una meta en cada presentación: "Hay equipo para entrar en Champions. De sobra. Sería un fracaso estrepitoso no hacerlo". Se acababa de descapitalizar la escuadra, a efectos emocionales y deportivos, con la marcha de De Gea, Forlán y Agüero, y nos dieron buen Tigre por liebre, cedidos incluidos y regresos.

 A las primeras de cambio se marchó un manejable entrenador de Jaén, los jugadores tardaron en cobrar y se tiró del remedio por la vía sentimental antes de que la turba demoliera la zona noble sin esperar a la mudanza a La Peineta: "Traigan al Cholo que nos hundimos aunque Caminero salga por peteneras", dijeron. 

El motorcito de la rabia, la identidad y la presión se gripó pronto aunque dio para llegar hasta una final de cierto mérito. La temporada 2012 boquea y salvo milagro (que desgraciadamente no se obrará) los del Manzanares jugarán otra vez la copa de los idiotas, esa UEFA que desprecian hasta los equipos de Manchester. 

El City y el United pasaron olímpicamente de este interminable agotador serial de medianías vista la entrega y la tensión con la que disputaron sus cruces. La Champions es la que da dividendos y prestigio. Y otro año más los rojiblancos se quedan a la puerta del gran baile.




Este nefasto curso (y van...), en el que los del palco pretendían entrar en Champions ganando ¡¡tres partidos fuera!!, y siendo apeados de Copa por el Albacete, la Liga de Campeones ha sido tan barata que se podría bajar a Segunda y clasificarse; o entrar en la previa con más goles encajados que anotados; o quedar tercero en la tabla empatado a puntos con el colista. 

 Lo de los partidos lejos del Calderón ha sido de barraca de feria: desastres en el Nou Camp (manita sonrojante), Granada (0-0 de opereta), San Mamés (baño de lluvia y dignidad, 3-0), Getafe (3-2 contra 10 y yendo 0-1), la enémisa bofetada del Madrid (4-1, cómo no), la calamidad en Cornellá (4-2 engañoso, deberían ser nueve), la incapacidad contra dos que bajan (Sporting y Racing), y derrotas contra Levante y Zaragoza cuando había que dar la cara. 

El milagro de la cuarta plaza no se sostenía por ningún sitio. Y la gente achaca a la mala suerte el gol del último minuto de la Real o el empate del Betis del domingo. No hay peor ciego....

El daño no es nuevo. Desde el regreso a Primera el Atlético ha tenido esta extraordinaria progresión: 2003, duodécimo; 2004, séptimo; 2005, undécimo; 2006, décimo; 2007, séptimo; 2008 y 2009, cuartos al fin y de chiripa; 2010, novenos y el año pasado séptimos, entrando en la horrorosa UEFA por caridad y jugando la previa.

 Por no hablar de la inquebrantable maldita racha contra el Real Madrid o que solo se haya aportado nueve jugadores a la mejor Selección de nuestra Historia en estos 12 años que lleva el siglo XXI.

Hay que admirar el camelo permanente, el espejismo continuo y la prestidigitación que la zona noble ejerce. 

Un par de trofeos y una final de Copa del Rey valen para camuflar tanta incompetencia servida fríamente en 25 años. Zorrunos, juguetean impunemente con la ilusión proverbial del aficionado ahora que otra final servirá de cortina de humo y bálsamo hasta la nueva sarta de fichajes y comisiones del verano que se avecina.

¿Qué supuso Hamburgo? ¿Qué supondrá Bucarest?, ¿ganar la UEFA para ganarla el año que viene otra y otra vez y justificar que no se puede entrar en Champions? ¿para ser el rey de los tuertos con miopía? Basta de engaños. No trafiquen con la ilusión, no hagan contrabando de humo. Dejen paso y devuelvan este club que no les pertenece (palabrita de la Ley) para que los que saben lo devuelvan a donde merece. Basta de paños calientes. Basta de excusas. Basta. Basta.

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