Hacia una revisión continua del sistema de pensiones
Prestaciones en peligro
Un grupo de jubiladas en una playa de la Costa del Sol.
Titular de 1994: "Expertos del Fondo Monetario Internacional afirman
que el sistema de pensiones español es insostenible". Titular del jueves
pasado: "El FMI pide bajar las pensiones por el 'riesgo que la gente
viva más de lo esperado". Dos tesis calcadas, 18 años de diferencia. ¿Se
equivocaba en los noventa el organismo? ¿Está en lo cierto ahora?
Los seis expertos consultados para este reportaje no se ponen de acuerdo. Lo único en lo que coincide la mayoría es que el envejecimiento de la población, la crisis y el desempleo obligan a actualizar una y otra vez el sistema de pensiones que ya se reformó en 2011 -el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero amplió la edad de jubilación de 65 a 67 años a partir de 2027-. José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales, calcula que a este ritmo los fondos de reserva de la Seguridad Social se agotarán en 15 años.
Rafael Pampillón, director de Análisis Económico del IE Business School, compara al sistema de pensiones con una bomba de relojería. "Es insostenible. Explotará. Quien no se lo crea, que mire la pirámide de población".
Las previsiones demográficas del Instituto Nacional de Estadística adelantan que de 2020 a 2040 el grupo de personas en edad de trabajar se reducirá en más de tres millones mientras que el colectivo de más de 65 años aumentará en casi cinco millones. La esperanza de vida en España se eleva a 86 años y el número de jubilados ha pasado de unos cuatro millones de 1975 a algo más de ocho.
José Carlos Díez, economista jefe de la sociedad de valores Intermoney, rebaja el pesimismo. "Las recomendaciones del FMI prueban una vez más la incapacidad de los expertos para hacer previsiones a largo plazo. Ni yo mismo me creo mis estimaciones para 2014", admite en una conversación telefónica mientras el AVE le lleva de Málaga a Madrid. "Como decía Platón, nunca te bañarás en el mismo agua.
La economía será otra en unas décadas. Imagínese que China se pone a consumir a lo loco en los próximos años. El panorama mundial cambiaría radicalmente. No tenemos que ser tan fatalistas", recalca.
La Seguridad Social cerró 2011 con déficit por primera vez en 15 años. El colchón de 66.184 millones de euros que suma el fondo de reserva de las pensiones garantiza el pago de las pensiones durante los próximos años por muy mal que vayan las cosas.
"El problema, sin embargo, sigue ahí", asegura Sergi Jiménez-Martín, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona e investigador de Fedea, observatorio financiado por las grandes empresas. El profesor recuerda en una conversación telefónica que el ratio actual, de 2,1 afiliados ocupados por pensionista, "es muy bajo" y roza los mínimos históricos de la anterior crisis de principios de los noventa (1,8).
El economista aboga por una reforma que "adecue" la cuantía de las retribuciones a la realidad. "La alternativa es subir los impuestos. Tenemos un sistema relativamente generoso porque da unas prestaciones muy altas en comparación con las cotizaciones", opina.
"¿Cómo que generoso? Si son las pagas más bajas del entorno", replica Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla -la media es de alrededor de 800 euros-. Coautor del libro ¿Están en peligro las pensiones públicas?, el profesor recomienda al FMI "que se deje de alertas" y se dedique a promover un reparto más equitativo de la riqueza. "Se utiliza la crisis como excusa para poner el sector público en duda", se lamenta.
El docente defiende que el sistema de pensiones se sostendría sin apuros con una política económica distinta, que promoviera el empleo y la productividad, dirigiera los recursos públicos y permitiera, entre otras medidas, la jubilación voluntaria. "¿Por qué se debe retirar un catedrático con la misma edad que un minero?", se pregunta.
Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social entre 2004 y 2011, añade que se pueden impulsar otras medidas antes que bajar las pensiones: fomentar la conciliación familiar para que aumente la tasa de natalidad, incentivar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo, combatir la bajada de salarios para evitar la caída de las cotizaciones...
Y concluye: "Parece que vivir mucho es un problema cuando justamente es lo contrario. Si vivimos a 100 años, genial. Lo que cambiará es que en vez de hasta los 65 años tendremos que trabajar hasta los 80".
Los seis expertos consultados para este reportaje no se ponen de acuerdo. Lo único en lo que coincide la mayoría es que el envejecimiento de la población, la crisis y el desempleo obligan a actualizar una y otra vez el sistema de pensiones que ya se reformó en 2011 -el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero amplió la edad de jubilación de 65 a 67 años a partir de 2027-. José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales, calcula que a este ritmo los fondos de reserva de la Seguridad Social se agotarán en 15 años.
Rafael Pampillón, director de Análisis Económico del IE Business School, compara al sistema de pensiones con una bomba de relojería. "Es insostenible. Explotará. Quien no se lo crea, que mire la pirámide de población".
Las previsiones demográficas del Instituto Nacional de Estadística adelantan que de 2020 a 2040 el grupo de personas en edad de trabajar se reducirá en más de tres millones mientras que el colectivo de más de 65 años aumentará en casi cinco millones. La esperanza de vida en España se eleva a 86 años y el número de jubilados ha pasado de unos cuatro millones de 1975 a algo más de ocho.
José Carlos Díez, economista jefe de la sociedad de valores Intermoney, rebaja el pesimismo. "Las recomendaciones del FMI prueban una vez más la incapacidad de los expertos para hacer previsiones a largo plazo. Ni yo mismo me creo mis estimaciones para 2014", admite en una conversación telefónica mientras el AVE le lleva de Málaga a Madrid. "Como decía Platón, nunca te bañarás en el mismo agua.
La economía será otra en unas décadas. Imagínese que China se pone a consumir a lo loco en los próximos años. El panorama mundial cambiaría radicalmente. No tenemos que ser tan fatalistas", recalca.
La Seguridad Social cerró 2011 con déficit por primera vez en 15 años. El colchón de 66.184 millones de euros que suma el fondo de reserva de las pensiones garantiza el pago de las pensiones durante los próximos años por muy mal que vayan las cosas.
"El problema, sin embargo, sigue ahí", asegura Sergi Jiménez-Martín, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona e investigador de Fedea, observatorio financiado por las grandes empresas. El profesor recuerda en una conversación telefónica que el ratio actual, de 2,1 afiliados ocupados por pensionista, "es muy bajo" y roza los mínimos históricos de la anterior crisis de principios de los noventa (1,8).
El economista aboga por una reforma que "adecue" la cuantía de las retribuciones a la realidad. "La alternativa es subir los impuestos. Tenemos un sistema relativamente generoso porque da unas prestaciones muy altas en comparación con las cotizaciones", opina.
¿Generosidad?
"¿Cómo que generoso? Si son las pagas más bajas del entorno", replica Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla -la media es de alrededor de 800 euros-. Coautor del libro ¿Están en peligro las pensiones públicas?, el profesor recomienda al FMI "que se deje de alertas" y se dedique a promover un reparto más equitativo de la riqueza. "Se utiliza la crisis como excusa para poner el sector público en duda", se lamenta.
El docente defiende que el sistema de pensiones se sostendría sin apuros con una política económica distinta, que promoviera el empleo y la productividad, dirigiera los recursos públicos y permitiera, entre otras medidas, la jubilación voluntaria. "¿Por qué se debe retirar un catedrático con la misma edad que un minero?", se pregunta.
Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social entre 2004 y 2011, añade que se pueden impulsar otras medidas antes que bajar las pensiones: fomentar la conciliación familiar para que aumente la tasa de natalidad, incentivar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo, combatir la bajada de salarios para evitar la caída de las cotizaciones...
Y concluye: "Parece que vivir mucho es un problema cuando justamente es lo contrario. Si vivimos a 100 años, genial. Lo que cambiará es que en vez de hasta los 65 años tendremos que trabajar hasta los 80".
Las cifras
66.184 millones es la suma que guarda la 'hucha de las pensiones', destinada a asegurar las retribuciones en tiempos de crisis.
8,1 millones de personas cobran una pensión en España, el doble que hace 35 años. La esperanza de vida, una de las más altas en la Unión Europea, alcanza los 86 años.
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