Juan Carlos I es operado de urgencia en Madrid tras caerse durante un
viaje de caza a Botsuana w Partidos critican el dispendio real en suelo
africano, que podría suponer el 32% de su sueldo anual
El doctor Villamor, del hospital USP San José madrileño, explica la intervención quirúrgica al rey.
La familia real
española parece no salir de un charco para meterse en otro. En el
momento más bajo de popularidad de su historia, con el caso Urdangarin
afectando gravemente a su imagen y el nieto del rey aún hospitalizado
por su incidente con un arma, ahora ha sido el monarca quien ha vuelto a
patinar.
Juan Carlos I fue operado de la cadera en la madrugada de ayer
en una clínica madrileña tras romperse la cadera durante un viaje
privado de caza al país africano de Botsuana.
El último patinazo real sucedió en la madrugada del
pasado viernes en Botsuana, mientras descansaba tras practicar una de
sus más reconocidas pasiones: la caza.
Con su esposa en Grecia y tras
haber llegado al país africano pocas horas antes, una caída accidental
le provocó "la fractura en tres fragmentos de la cadera derecha,
asociada a artrosis de dicha articulación", según evidenció la Zarzuela
sobre su ingreso hospitalario, que se produjo tras un viaje relámpago de
diez horas en avión privado.
Algunas fuentes señalaron que el traslado
de urgencia fue organizado por la embajada española en Windhoek,
Namibia, si bien la Casa Real reconoció los hechos 30 horas después de
que sucedieran.
El monarca fue trasladado ayer a planta tras ocho horas en
observación de la UCI, y según fuentes del hospital madrileño USP San
José en el que fue atendido, está previsto "que empiece a caminar con
ayuda de muletas". Aún así, podría permanecer entre cuatro y cinco días
en el centro médico.
Quien parece que mejora, por su parte, es su nieto
Froilán, también hospitalizado, al que ayer le fue realizado un injerto
por sus heridas en la pierna con una arma de fuego el pasado lunes.
Juan Carlos I, de 74 años, atesora un largo historial de percances. Ha necesitado atención médica tras lastimarse en su yate Fortuna en
1977, tras golpearse con una puerta jugando a squash en 1981 o por un
golpe en el ojo en una cacería en Suecia en 1988.
También otra de sus
pasiones, esquiar, le ha llevado al quirófano tras protagonizar caídas
en la estación suiza de Gstaad, en la francesa de Courchevel, en
Baqueira Beret o en Candanchú. En total, el rey ha sufrido ocho
operaciones.
Pero mientras el estado de Juan Carlos I mejoraba, también llegaban ayer las primeras reacciones al enésimo golpe
de la Casa Real. Varias formaciones políticas -PP y PSOE guardaron
silencio- criticaron duramente su estancia en Botsuana, un paraíso
cinegético por el que los aficionados pudientes llegan a pagar 45.000
euros por 14 días de caza.
Lo hacían, principalmente, debido al alto
coste que supone una estancia privada en el país africano en unos
tiempos en los que el Estado español se ha visto abocado a apretarse el
cinturón y el número de parados supera los 5 millones de personas.
"Mientras todos especulaban donde estaba el monarca que no
visitaba a su nietísimo Froilán -también hospitalizado-, resulta que el
muy cuco, en plena crisis de la prima de riesgo cogía el portante y como
hacía en el pasado con los osos borrachos -en referencia a la famosa
cacería en Ucrania del monarca en 2006, con el oso Mitrofan de
protagonista- irse a Bostwana a cazar", indicó el senador del PNV, Iñaki
Anasagasti.
Al igual que el jeltzale, también ICV. BNG o IU salieron a
la palestra para denunciar la "falta de ética y respeto" que muestra el
rey "a mucha gente que esta sufriendo mucho", como remarcó el
coordinador de IU, Cayo Lara.
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