miércoles, 2 de mayo de 2012

Educación rechaza la obtención del título de ESO con suspensos

El ministro Wert anuncia que los nuevos temarios de Ciudadanía estarán listos para el curso que viene


José Ignacio Wert

 El ministro Wert cambiará la legislación para que no pasen de curso los que suspenda en la ESO


El Ministerio de Educación revisará las condiciones en que los alumnos obtienen el título académico al terminar la educación secundaria obligatoria, ya que la legislación actual lo permite hasta con tres suspensos.

«Que uno pueda titularse sin haber aprobado todas las asignaturas no deja de ser algo un tanto singular», según el titular de Educación, José Ignacio Wert, quien considera esto un «agujero».

En declaraciones a Efe, el ministro esboza la reforma académica que prepara el Gobierno, que llegará al Congreso previsiblemente después del verano y entraría en vigor progresivamente a partir del curso 2013-2014.

No obstante, los temarios de la materia Educación para la Ciudadanía se modificarán por real decreto para que se estudien ya el curso próximo, si bien el cambio de nombre por el de Educación Cívica y Constitucional tendrá que esperar a la reforma en sí de la Ley Orgánica de Educación (LOE).

Apunta Wert que se reforzarán las asignaturas instrumentales (lengua, matemáticas e inglés) en un posible cambio de planes de estudio.

Como argumento, rechaza el «excesivo grado» actual de elección de materias optativas, alude a la «falta de troncalidad» de los currículos y a la pérdida de la cultura del esfuerzo.

«En definitiva, se trataba (hasta ahora) de que hubiera muchas opciones para que el alumno pudiera elegir lo que le resultara más fácil o más grato», asegura, así que se revisará todo esto con una «altísima probabilidad de modificación».
 
Justifica el aplazamiento de los módulos de FP de 2.000 horas por razones de eficiencia «de acuerdo con todas las comunidades», y también la postergación de los cambios en el cuarto curso de ESO aprobados por el anterior Gobierno socialista.

A su juicio, no tendría sentido incorporar esos cambios para que estén vigentes solo un curso, ya que la reforma educativa anunciada por el Gobierno se refiere a esas etapas.

Resume el núcleo de la reforma en la «conversión» de cuarto de ESO en curso «propedéutico», es decir, con «mucha troncalidad y una diversificación de caminos» entre el bachillerato y la FP de grado medio.

«Pero ese curso -precisa- sigue formando parte integrante de la educación obligatoria y gratuita. No existe una titulación de la ESO previa a cursar ese año».

La idea, subraya el ministro, es que la elección temprana puede servir de motivación para continuar el recorrido académico a estudiantes que hoy no la tienen.

También defiende revisar «en profundidad» y acordar con las comunidades los indicadores y criterios de medida del rendimiento académico de las evaluaciones censales de alumnos de la enseñanza no universitaria y articularlas sobre cómo articularla con la muestral de PISA.

Señala como otro elemento importante de la reforma el futuro estatuto del docente público, dado que los maestros son protagonistas activos del proceso educativo.

«Las comparaciones internacionales nos ponen de manifiesto que, en España, el ingreso en la carrera docente es atractivo desde el punto de vista económico, pero deja de serlo después porque tiene muy pocos incentivos», no solo dinerarios, también de progresión profesional, especialización y actualización de conocimientos.

Indica, además, la necesidad de evitar obstáculos en el proceso de selección para que los mejores estudiantes se interesen por la docencia.

Preguntado sobre quién asumirá el coste de la reforma, comenta que corresponde a la administración central ser responsable como autora de la legislación básica.

«Evidentemente, en las circunstancias económicas y financieras que estamos -advierte- vamos a ser enormemente cuidadosos en establecer los calendarios de implantación que sean necesarios para evitar que el coste se convierta en obstáculo para la reforma».

El tipo de reforma que se prepara «no tiene por qué ser onerosa desde el punto de vista económico», según Wert, quien se muestra confiado en conseguir fondos europeos de programas de reducción del paro juvenil, especialmente para la FP.

Destaca como «absolutamente esencial» el diálogo amplio con todas las partes del sector: sindicatos, asociaciones profesionales, empresariales y de estudiantes, y como «extremadamente deseable» un pacto.

«Las bases del sistema educativo -enfatiza- son tema de Estado, en el que es deseable un amplio acuerdo entre fuerzas políticas y también dentro de la comunidad educativa. No voy a regatear esfuerzos en esa dirección», remacha.

Reconoce que el ambiente para el acuerdo no es el más propicio en estos momentos, porque los «intereses legítimos» de los agentes del sistema pueden no ser favorables a las medidas de ahorro en educación aprobadas por el Gobierno recientemente.

Pero el pacto educativo, precisa, es el que se teje en torno a la legislación educativa básica. 

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