sábado, 19 de mayo de 2012

Cine._ Críticas._ TOP 10 : Especial Palmas de Oro



El mundo es injusto. Mientras las calles de Cannes se llenan de coches de lujo, vestidos caros y estrellas del firmamento fílmico, a ti y a mi nos toca afrontar un fin de semana más, de estos que pasan volando, sin un mísero puente que llevarse a la boca. ¡Y encima dicen que va a llover!



10. ‘El piano’, de Jane Campion (1993)





La música de Michael Nyman, la soberbia interpretación de Holly Hunter y el descubrimiento de Anna Paquin fueron los tres ingredientes clave del éxito de este emotivo y preciosista melodrama que describe la relación de una pianista muda con su hija pequeña y que ganó la Palma de Oro en 1993, en la única ocasión en que una directora ha logrado llevarse el premio gordo de Cannes.




9. ‘Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas’, de Apichatpong Weerasethakul (2010)





El plano eterno de una vaca que abre la película, hombres-mono, un pez que mantiene relaciones sexuales con una princesa, un homenaje a ‘La Jetée’ de Chris Marker que parece una parodia de Muchachada Nui… Sin duda estamos ante una de las Palmas de Oro más peculiares de la historia de Cannes.

 Los que conocíamos de antemano la obra de Weerasethakul (Api para los amigos) quedamos menos sorprendidos con esta bizarra película que lleva el imaginario de su director al extremismo, pero queda algo lejos de la perfección de ‘Syndromes and a century’ (2006), probablemente su mejor obra.




8. ‘Sexo, mentiras y cintas de video’, de Steven Soderbergh (1989)





La carta de presentación de Soderbergh ganó con merecimiento la Palma de Oro en 1989 con este quirúrgico tratamiento del malestar sexual de su generación.

Andie MacDowell alcanzó demasiado pronto su cima interpretativa en un notable trabajo que nunca ha logrado superar. Los detractores de Soderbergh aplican el mismo veredicto a su filmografía.



7. ‘El sabor de las cerezas’, de Abbas Kiarostami (1997)





El iraní Abbas Kiarostami alcanzó la mayoría de edad en Occidente con la Palma de Oro lograda en Cannes ’97 (ex aequo con ‘La anguila’ de Shohei Imamura) gracias a esta sosegada parábola acerca de un hombre que desea morir y busca tenazmente a alguien que le ayude.

 Una especie de road movie circular que nos descubre la idiosincrasia de una cultura a través de los ojos de un suicida.




6. ‘Viridiana’, de Luis Buñuel (1961)





El Vaticano bramó al cielo con esta sutil pero devastadora crítica a los valores cristianos con la que Buñuel logró la única Palma de Oro del cine español. 

La película, censurada en nuestro país hasta 1977, es un compendio de los motivos recurrentes del cineasta de Calanda, del fetichismo al anticlericalismo, del humor negro al determinismo trágico. 

Para el recuerdo, la reinterpretación buñueliana del Código Da Vinci que hizo llorar lágrimas de sangre a la Iglesia.




5. ’4 meses, 3 semanas, 2 días’, de Cristian Mungiu (2007)





El cine rumano irrumpió de pronto en el mapamundi cinematográfico gracias a la Palma de Oro lograda por Cristian Mungiu en 2007 con este drama que narra el via crucis de una joven adolescente que desea abortar en la opresiva Rumania de Ceaucescu. 

Hay espacio en la película para el tremendismo, pero también para la depurada y reflexiva puesta en escena de Mungiu, abanderado de esa nueva ola de cineastas rumanos (Puiu, Muntean, Porumboiu…) que hoy parece ya un poco olvidada.





4. ’Bailar en la oscuridad’, de Lars Von Trier (2000)





Once años antes de que le declararan persona non grata en Cannes por hacer públicas sus simpatías hacia Hitler, Lars Von Trier ganó el premio gordo del festival gracias a este peculiar y trágico musical protagonizado por la cantante Björk en el que es hasta la fecha su único papel en el cine. 

El cineasta danés demostró que las restricciones narrativas del decálogo Dogma no eran impedimento para abordar con maestría el género cinematográfico con mayor sentido del espectáculo.





3. ‘La Dolce Vita’, de Federico Fellini (1960)





El sensual baño de Anita Ekberg en la Fontana di Trevi ha bastado para elevar a la categoría de mito una de las mejores obras de Federico Fellini, ganadora de la Palma de Oro en Cannes ’60 y punto de inflexión en su filmografía. 

Pero la película es mucho más que una muestra de erotismo sueco, ya que logra retratar con ironía y mala baba el miserable lujo de la Via Veneto de Roma, hervidero burgués de la capital italiana.




2. ‘El tercer hombre’, de Carol Reed (1949)





La obra magna de Carol Reed es probablemente, y sin exagerar, una de las grandes obras maestras de la historia del cine. 

Retrato fiel del espíritu de su época y de la Austria de posguerra, el film es una muestra del mejor noir que cuenta con un Joseph Cotten en estado de gracia y con esa melodia creada por Anton Karas que alguna vez te habrás descubierto silbando sin saber de dónde venía.

 En 1999 fue elegida como la mejor aportación británica al séptimo arte.




1. ‘Taxi Driver’, de Martin Scorsese (1976)





Robert De Niro frente a un espejo pistola en mano. Robert De Niro con cresta a lo mohicano. Robert De Niro en un cine porno. 

Robert De Niro conduciendo un taxi por la noche neoyorquina mientras suena la bipolar música de Bernard Herrman, que no sabe si ponerse sensual, enigmática o rotunda. Robert De Niro persiguiendo a Cybill Shepherd. 

 Y lo que es mejor: Robert De Niro confesándole a un compañero que no está bien, que su mente no es la misma, que Vietnam le ha cambiado. ¿Se le puede pedir más a una película? ¿Estás hablando conmigo? ¿Es a mí?

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