domingo, 29 de abril de 2012

Cuando solo te queda madera de los árboles para alimentar a tu hijo

Halima tiene cuatro hijos menores de cinco años. La única comida que puede ofrecerles es mijo, madera de los árboles y desechos reservados habitualmente para los animales.


Foto de El hijo de Halima comiendo restos de mijo (Foto: ONG Plan)

El hijo de Halima comiendo restos de mijo 


¿Sabías que hay lugares en el mundo donde la pobreza es tal que existe una “época de hambre”? Este año les tocará sufrirla a 15 millones de personas, según cálculos de la ONU.

Diversas ONG y Naciones Unidas llevan meses alertando (al menos desde febrero) sobre una urgencia humanitaria en el Cuerno de África, al sur del Sáhara. Pero el tiempo pasa sin que lleguen buenas noticias desde el Sahel. Toca la “época del hambre”.

“No tenemos alimentos. Comemos los residuos que antes dábamos al ganado y tengo miedo de que mis hijos se vaya a morir”, cuenta Halima a la ONG Plan sentada debajo de una sábana atada a cuatro palos clavados en el suelo, su única casa.

Halima tiene cuatro hijos menores de cinco años. Un millón de pequeños como ellos corren “riesgo inmediato de malnutrición severa” en la franja del Sahel, según la organización. Por si esto fuera poco, además arrastran enfermedades como la tos ferina o la meningitis.

“Según nuestros informes, apenas ha llegado el 35% de la ayuda necesaria para paliar la grave situación. Seguimos trabajando contrarreloj. Es necesario que la comunidad internacional vuelva los ojos al Sahel y actúe”, pide Concha López, directora general de PLAN en España.

Las interminables épocas de sequía, las malas cosechas y las plagas de insectos de grillos y langostas han adelantado a abril la llamada “época del hambre”, que en situación normal transcurre de junio a septiembre, explica la organización.

Calcula que la emergencia alimentaria afecta ya a más de 12 millones de personas en Níger, Burkina Faso, Mali, Chad y Camerún.



El golpe de Estado en Mali lo empeora


Ya son 270.000 los desplazados dentro y fuera del país por culpa del conflicto, según la ONU. Y los países que deben acogerlos, con la ayuda del Alto Comisionado de Ayuda al Refugiado (ACNUR), son igual de pobres.

Acción contra el Hambre
, Oxfam (Intermon Oxfam en España), Save the Children y World Vision indicaron el pasado 18 de abril que están tratando de proporcionar ayuda a cerca de seis millones de personas en la región, pero alertan de que hasta la fecha sólo han sido capaces de asegurar la financiación para menos de un tercio.

Ni siquiera si consiguieran la financiación que piden sería suficiente, porque otros cálculos –el de la ONG Plan- ya hablan de doce millones de personas afectadas, el doble de las que intentan atender las otras organizaciones que citadas.



Esto sin contar las previsiones de la ONU, de 15 millones de personas.

 

"El conflicto [de Mali] ha exacerbado una crisis nutricional y de seguridad alimentaria aún mayor [en la región]”, subrayaba esta semana la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). “Hay distintas evaluaciones que sugieren que más de 15 millones de personas en el Sahel se verán afectadas este año por la crisis alimentaria y nutricional", advirtió la OCHA.


Remordimientos de conciencia por un vaso de agua fría


Los refugiados malienses en Níger comen una vez al día, por la mañana, y soportan 35º a la sombra mientras mendigan alimentos para los hijos, asegura Plan.

“Me honra que la gente local comparta los pocos recursos que tienen, aunque a veces me siento culpable cuando me dan un vaso de agua fría y pienso en lo que están sufriendo los que están aquí”, cuenta Azahara Naziou, una refugiada de Mali que llegó con sus tres hijos huyendo de los bandidos que entraron en su aldea y robaron el ganado.

“Cuando me fui no me podía traer nada porque tenía que llevar a mis hijos. Ni siquiera alimentos. Mi marido se ha ido a buscar trabajo al extranjero y yo voy pidiendo comida a la gente que me encuentro por el camino”, agrega.

Las ONG no consiguen atender a todos los que quisieran ni de la forma que quisieran, pues falta el dinero. Las donaciones no llegan. Solo un dato:

Naciones Unidas también ha recogido menos de la mitad de los 724 millones de dólares presupuestados para atajar la crisis, denuncian diversas organizaciones.

La ayuda urge. Esta vez en el Sahel.

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