El Nápoles supera al equipo de Villas-Boas (3-1) y ya sueña con los cuartos
Lavezzi celebra uno de sus goles al Chelsea.
Lavezzi acercó anoche al Nápoles a los cuartos de final de la Liga de Campeones. En un encuentro trepidante, el cuadro italiano derrotó con autoridad al Chelsea (3-1). El resultado pone en la cuerda floja a Villas-Boas, un técnico muy cuestionado que ayer dio otro paso atrás en el banquillo blue. Su equipo mostró una imagen ramplona durante muchos minutos y sólo en la segunda mitad, cuando la cosa pintaba fea, apretó el acelerador. Cuando quiso darse cuenta, ya era tarde.
Todo lo contrario que el Nápoles, un conjunto que sabe bien a lo que juega y lo que quiere. Su espíritu lo encarna a la perfección Lavezzi, un jugador idolatrado por las gradas de San Paolo. El argentino transmite como nadie el espíritu napolitano sobre el césped. Cada vez que toca el balón, el estadio enloquece. De aspecto canalla y con una clase soberbia, Lavezzi entusiasma con sus pies, contagia alegría en sus jugadas.
Poderoso en ataque, el Nápoles se muestra en cambio más vulnerable en su defensa. Cannavaro es un lastre en demasiadas ocasiones. El central regaló ayer el gol a Mata. Sin hacer absolutamente nada, el Chelsea se adelantó en el marcador. Pero los italianos son hombres con recursos, sobre todo ofensivos. En apenas diez minutos, Lavezzi y Cavani dieron la vuelta al resultado.
Tras la pausa, el partido se abrió por completo y las ocasiones se multiplicaron en ambas porterías. El premio fue de nuevo para Lavezzi, que anotó el tercer gol napolitano. Con el Chelsea noqueado, Cole evitó el cuarto tanto al sacar un balón bajo palos. Stamford Bridge tendrá la última palabra.
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