lunes, 23 de abril de 2012

Vídeo._ El día que Simeone mandó a los suyos al ataque







Godín: "No sólo hemos ganado, hemos hecho un gran partido"


http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=HGRj6TD02dw&gl=ES


La cámara le sorprendió agitando los brazos como un poseso. O tal vez no le sorprendió, sino que el entrenador argentino llamó toda la atención a propósito, que exageró sus gestos con absoluta intención. Que no quería que le vieran sólo sus jugadores, sino el público del Calderón y todos los televidentes. 

Ocurrió ya con 3-1 en el marcador, uno de esos resultados ante los que Simeone no suele perdonar un paso atrás. Pero esta vez no. Esta vez la pelota salió de banda, justo por su banda y el técnico saltó como un resorte exigiendo a sus jugadores que se fueran hacia adelante. No era un asunto menor, sino capital. Un significativo cambio de mensaje en el funcionamiento del Atlético. Al ataque…

Porque el Atlético volvió a pagar minutos antes la costumbre vigente en el equipo. Después de un buen comienzo, una torrija del rival y un gol a favor (redentor, además, porque lo marcó Godín, un central con recientes cuentas pendientes, dos errores con valor derrota), los rojiblancos retrocedieron, se confiaron, se durmieron.

 El Espanyol recibió el oxígeno necesario para reponerse, se apropió de la pelota, empezó a atacar, empató y hasta pudo marcar un segundo. Algo parecido sucedió el jueves en el Calderón ante el Valencia, cuando en el primer tiempo, tras el 1-0, al Atlético le pareció suficiente, dio su nocivo frenazo y llegó al descanso con el castigo del empate. En la reanudación de ambos partidos, Simeone ordenó presión y ataque, presión y ataque con independencia de que fueran callendo los goles.

 Marcó el domingo Arda Turan dos goles seguidos en el minuto de su vida, dos obras de arte que repasaron los mejor su repertorio (remate acrobático en el primero, desmarque, control, profundidad, recorte y colocación en el segundo) y el Atlético, pese a lo tentador del resultado, ya no cayó en los hábitos perniciosos. 

Y Simeone quiso que se viera. Por eso aprovechó un saque de banda para escenificar ostentosamente su cambio de política. Todos arriba…


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