Nacho Vegas, Sr. Chinarro y el proyecto colectivo Fundación Robo calientan la semana electoral con la publicación de canciones críticas con el actual sistema político e inspiradas por el 15-M
Nacho Vegas, durante la grabación de 'Esta tierra es nuestra', versión de Woody Guthrie.
16.11.2011 Busquen las diferencias. En 1995, una emperifollada Norma Duval asistía, en primera fila, a un mitin del PP en Cuenca. En 2008, el cantante y directivo de la SGAE Víctor Manuel hacía el gesto de la ceja en un anuncio de apoyo al PSOE. Esta semana, Nacho Vegas publica Cómo hacer crac, un disco sin filiación partidista, pero que esconde varios mensajes bomba en forma de canción política.
Como la que da título al álbum: una guitarra sobria y oscura camina con ritmo solemne sobre el clamor de una manifestación que obliga a pensar en el 15-M. Dos golpes secos de batería le abren una grieta a una melodía áspera, que quiere incomodar, que casi hace daño. "Ha cambiado el significado / de algunos verbos como disfrutar / y en la calle se hace un gran silencio, / pero si escuchas bien oirás un crac, / en toda España sólo suena un crac", canta Vegas. Y muy poco antes ha hablado de la CEOE, y de la familia Botín, y con el fluir de los versos, el tenebroso crac que atemoriza al protagonista de la canción se va convirtiendo en otro sonido, este más contundente: el crac de una multitud que protesta en la calle.
"El 15-M nos ha afectado a todos", afirmó ayer a Público el músico asturiano. "Cambió la manera con que miramos las cosas: de una mirada pesimista hemos pasado a tener una más ilusionante. En mi caso, se cuela en las canciones de manera inevitable", añadió Vegas.
Lo que canta Vegas es que no se trata de pedir migajas, se trata de enfrentarse de tú a tú. Cuando pronuncia el último verso, "una multitud haciendo crac", las fuerzas ya se han igualado. Según el cantante, "no se trata de lanzar un mensaje, sino de dejarte imbuir por la realidad y testimoniar el mundo que te ha tocado vivir, que es lo que hace la música popular. Ser un reflejo crítico y cuestionarlo todo. Proponer soluciones no está en la naturaleza de las canciones".
Aunque el disco se publica esta semana, la canción apareció a mediados de septiembre a través de Fundación Robo (www.fundacionrobo.org), un proyecto musical colectivo surgido tras el 15-M y conducido, entre otros, por el propio Vegas y Roberto Herreros, inquieto personaje de la escena independiente conocido por su grupo Garzón, nombre que tuvo que cambiar por orden del exmagistrado de la Audiencia Nacional.
Herreros cuenta que "el 15-M ha sido una explosión en la que cada uno ha contribuido con lo que mejor sabe hacer". Y añade: "La intención de Robo no es más que la de contribuir a la banda sonora de lo que está ocurriendo. No se trata de que la música deba sumarse a ninguna causa, es que es imposible que un artista no haga referencia a algo que está en la realidad social. Entre las cosas que puede y debe hacer una persona que haga canciones está definir la realidad a la que se quiere referir".
Fundación Robo tampoco quería perderse el fin de fiesta electoral y hoy lanza un nuevo tema. Se trata de Es un crimen, una versión del legendario grupo punk Eskorbuto a cargo de los barceloneses Tarántula, que incluye estrofas tan incendiarias como esta: "El partido que gobierna a este país / y toda su oposición parlamentaria / las patronales, los sindicatos / todos contribuyen a nuestro fracaso. / Desde sus poltronas prometieron solución / para todos los problemas de esta nación. / Paro, miseria y humillación es lo que obtuvimos". Tan radical como actual, pese a ser un tema compuesto en la década de los ochenta.
Si el 15-M ha posibilitado que la gente haya vuelto a hablar de política de manera abierta, en cualquier sitio, sin limitarse a comentar las batallas dialécticas de los partidos, era sólo cuestión de tiempo que acabara calando en la escena musical española. "Esa es una de las cosas que más me emocionan, que la gente se cuestione, que hable, que intercambie ideas", explica el madrileño Guillermo Farré, que con su proyecto Wild Honey ha aportado a Robo la canción Ascensores a la planta 13. Y apostilla que "la música sufre fluctuaciones similares a las de la sociedad y es en momentos difíciles en los que se cuestionan verdaderamente las cosas".
En las últimas dos décadas, el pop español ha sido un páramo para las obras de carácter político. Aunque las bandas bebían de influencias foráneas como The Smiths, The Clash, Stereolab o Billy Bragg, artistas británicos que no esquivaron el debate ideológico en sus composiciones, se esquivaba el mensaje social, aduciendo generalmente que era muy complicado escribir sobre política sin caer en el discurso panfletario.
Sin embargo, en cuanto los ciudadanos han levantado la voz, el pop se ha concienciado automáticamente. "Los tiempos van mandando y ahora el momento te empuja a radicalizarte un poco. Mucha gente con la que empecé a tocar en los noventa, en la época de Manta Ray, que en aquella época pasaba de todo, ahora se está posicionando, porque lo que está pasando es muy fuerte. Hay una regresión democrática brutal", denuncia Nacho Vegas.
"La letra es muy 15-M", responde Luque, "porque claramente habla de que no valen ni los unos ni los otros". El músico sevillano también ha afilado la pluma -"a mi manera, claro"- en las 19 canciones que acaba de grabar para su nuevo álbum: "En varias toco temas políticos. Por ejemplo, hablo de Santa Bárbara, la fábrica de armamento de Granada. Van a cerrar todas las fábricas de Andalucía, pero seguro que esa no. Y Mr. España va de los que se llenan la boca con España, pero al tiempo no hacen más que soltar espumarajos. No sé qué clase de amor por un país es ese".
Por si han tenido poco, el francotirador Raúl Querido ha publicado en internet (www.raulque.bandcamp.com) dos discos políticos con tonadas dedicadas a Rosa Díez, Rubalcaba o el columnista de El Mundo Salvador Sostres. La conclusión de esta última: "Él tiene el altavoz, hay gente indefensa".
Como la que da título al álbum: una guitarra sobria y oscura camina con ritmo solemne sobre el clamor de una manifestación que obliga a pensar en el 15-M. Dos golpes secos de batería le abren una grieta a una melodía áspera, que quiere incomodar, que casi hace daño. "Ha cambiado el significado / de algunos verbos como disfrutar / y en la calle se hace un gran silencio, / pero si escuchas bien oirás un crac, / en toda España sólo suena un crac", canta Vegas. Y muy poco antes ha hablado de la CEOE, y de la familia Botín, y con el fluir de los versos, el tenebroso crac que atemoriza al protagonista de la canción se va convirtiendo en otro sonido, este más contundente: el crac de una multitud que protesta en la calle.
"El 15-M nos ha afectado a todos", afirmó ayer a Público el músico asturiano. "Cambió la manera con que miramos las cosas: de una mirada pesimista hemos pasado a tener una más ilusionante. En mi caso, se cuela en las canciones de manera inevitable", añadió Vegas.
Las fuerzas se igualan
Cómo hacer crac es una canción política que no protesta, que no propone soluciones ni hace llamamientos, sino que constata una tensión: la existente entre los poderosos que aparecen en los periódicos ("Desayunas leyendo la prensa / para saber lo que hay que pensar") y los débiles que se han atrevido a levantar la voz ("Y oyes el timbre y al abrir la puerta / hay una multitud haciendo crac").Lo que canta Vegas es que no se trata de pedir migajas, se trata de enfrentarse de tú a tú. Cuando pronuncia el último verso, "una multitud haciendo crac", las fuerzas ya se han igualado. Según el cantante, "no se trata de lanzar un mensaje, sino de dejarte imbuir por la realidad y testimoniar el mundo que te ha tocado vivir, que es lo que hace la música popular. Ser un reflejo crítico y cuestionarlo todo. Proponer soluciones no está en la naturaleza de las canciones".
"Lo que está pasando es muy fuerte", afirma Nacho Vegas
Herreros cuenta que "el 15-M ha sido una explosión en la que cada uno ha contribuido con lo que mejor sabe hacer". Y añade: "La intención de Robo no es más que la de contribuir a la banda sonora de lo que está ocurriendo. No se trata de que la música deba sumarse a ninguna causa, es que es imposible que un artista no haga referencia a algo que está en la realidad social. Entre las cosas que puede y debe hacer una persona que haga canciones está definir la realidad a la que se quiere referir".
Fundación Robo tampoco quería perderse el fin de fiesta electoral y hoy lanza un nuevo tema. Se trata de Es un crimen, una versión del legendario grupo punk Eskorbuto a cargo de los barceloneses Tarántula, que incluye estrofas tan incendiarias como esta: "El partido que gobierna a este país / y toda su oposición parlamentaria / las patronales, los sindicatos / todos contribuyen a nuestro fracaso. / Desde sus poltronas prometieron solución / para todos los problemas de esta nación. / Paro, miseria y humillación es lo que obtuvimos". Tan radical como actual, pese a ser un tema compuesto en la década de los ochenta.
El espíritu de Guthrie
También desde Fundación Robo, donde ya han colaborado artistas como Albert Pla y Pascal Comelade, se lanzó hace unos días una versión en español del This Land Is Your Land ("Esta tierra es nuestra") a cargo de Nacho Vegas, en la que se cambiaban las referencias geográficas americanas de la original por otras como Formentera o la M-30 madrileña. Jugando con la letra, incluía también una clara referencia a las protestas multitudinarias de este año: "En las plazas de las ciudades / veo a la gente ponerse en pie. Unos protestan y otros celebran / que esta tierra de todos es".Si el 15-M ha posibilitado que la gente haya vuelto a hablar de política de manera abierta, en cualquier sitio, sin limitarse a comentar las batallas dialécticas de los partidos, era sólo cuestión de tiempo que acabara calando en la escena musical española. "Esa es una de las cosas que más me emocionan, que la gente se cuestione, que hable, que intercambie ideas", explica el madrileño Guillermo Farré, que con su proyecto Wild Honey ha aportado a Robo la canción Ascensores a la planta 13. Y apostilla que "la música sufre fluctuaciones similares a las de la sociedad y es en momentos difíciles en los que se cuestionan verdaderamente las cosas".
Antonio Luque publica el 19-N 'La arenga de los sindicatos futuristas"
Sin embargo, en cuanto los ciudadanos han levantado la voz, el pop se ha concienciado automáticamente. "Los tiempos van mandando y ahora el momento te empuja a radicalizarte un poco. Mucha gente con la que empecé a tocar en los noventa, en la época de Manta Ray, que en aquella época pasaba de todo, ahora se está posicionando, porque lo que está pasando es muy fuerte. Hay una regresión democrática brutal", denuncia Nacho Vegas.
Una jornada de irreflexión
Mirando atrás, el pop español no siempre fue así. Un ejemplo es Aviador Dro, cabecillas del techno-pop en la Movida y que el sábado serán recuperados por Antonio Luque (Sr. Chinarro) en lo que el músico ha denominado "Jornada de irreflexión". Un día antes del 20-N, el músico publicará en internet una versión de La arenga de los sindicatos futuristas, canción que Aviador Dro editó a principios de los ochenta y con versos que todavía escuecen: "El engranaje burgués del mediocre socialismo / impide la visión del futuro productivo. / No hay cambio, no hay progreso, / sólo la adaptación camaleónica a otros tiempos".Fundación Robo lanza hoy 'Es un crimen', una versión de Eskorbuto
Por si han tenido poco, el francotirador Raúl Querido ha publicado en internet (www.raulque.bandcamp.com) dos discos políticos con tonadas dedicadas a Rosa Díez, Rubalcaba o el columnista de El Mundo Salvador Sostres. La conclusión de esta última: "Él tiene el altavoz, hay gente indefensa".
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