Jason Statham (en la imagen saltando) comparte cartel en Asesinos de élite con Robert De Niro y Clive Owen. El estreno, esta semana.
Cuando de una película de acción se trata, en el sentido de golpes, tiros y peleas, las leyes de la física o la medicina que rigen en la realidad no existen. Se desafía a la gravedad constantemente y los contrincantes tienen una capacidad de cicatrización que ni Lobezno podría superar. El objetivo es que el espectador se quede con la boca abierta y se deje llevar por el fragor de la batalla. Da igual si los protagonistas son hombres de carne y hueso entrenados para el combate cuerpo a cuerpo o un arqueólogo en busca de reliquias.
Asesinos de élite
Basada en hechos reales, esta semana llega a las pantallas de cine Asesinos de élite, una película que ha logrado juntar a Robert De Niro, Clive Owen y Jason Statham para que se den cera de lo lindo. Sobre todo estos últimos dos, protagonistas de algunas de las escenas de peleas más espectaculares. En una de ellas, incluso, Statham (un artista cuando de disparar y soltar mamporros se trata) es capaz de hacer una voltereta atado una silla y noquear a su contrincante al caer. En el tráiler puede verse un avance de la misma. Impresionante.
Matrix Reloaded: La multiplicación del agente Smith
Matrix Reloaded: La multiplicación del agente Smith
La trilogía creada por los hermanos Wachowski es todo un manual de peleas impresionantes donde la gravedad y la física no afectan para nada a sus protagonistas. Después de todo, pelean en un mundo virtual en el que esas cosas no existen. La técnica de lucha vista en Matrix creo escuela y desde su estreno en 1999 se ha repetido hasta la saciedad. Las tres películas están llenas de escenas impactantes en este sentido, pero hay una, en la segunda, que puede destacarse sobre el resto. Es esa en la que el agente Smith (Hugo Weaving) se extiende como un virus informático irrefrenable y Neo (Keanu Reeves) debe luchar con un montón de versiones de él.
Kill Bill Vol. 2: Cualquier cosa sirve como arma
Daryl Hanna y Uma Thurman protagonizaron algo más que una pelea de gatas en la caravana en la que el retorcido Quentin Tarantino les encerró para una escena de Kill Bill. Como si fuesen inmortales, se levantaban una y otra vez golpe tras golpe convirtiendo cualquier cosa que hubiese a su alrededor en un arma. Hasta la taza del baño les sirvió para aderezar la batalla.
El retorno del Jedi: El conflicto padre e hijo llevado al extremo
El retorno del Jedi: El conflicto padre e hijo llevado al extremo
Es uno de los enfrentamientos más espectaculares del cine. Ahí, con sus espadas láser luchando por sobrevivir. Padre e hijo enfrentados en un mundo oscuro en el que la fuerza tiene mucho que decir. Además, Darth Vader y Skywalker tenían un espectador de lo más entregado que les jaleaba.
En busca del arca perdida: La pelea más corta
En busca del arca perdida: La pelea más corta
A Indiana Jones (Harrison Ford) le encanta eso de meterse en líos y pelearse con todo aquél que se interponga en su camino. Lo ha dejado claro a lo largo de sus cuatro aventuras cinematográficas y ya andan buscándole enemigos para una quinta. Pero si hay algo que le molesta al bueno de Indiana es perder el tiempo. Por eso en esta escena decidió sellar el asunto con un disparo certero. Si hay que pelear se pelea, pero malgastar fuerzas a lo tonto es innecesario.
El club de la lucha: Contra uno mismo y contra todos
El club de la lucha: Contra uno mismo y contra todos
Con este título no puede haber dudas sobre de qué va la película dirigida por David Fincher. Para quienes no la han visto, mejor no mencionar más de la cuenta. Solo decir que se trata de un auténtico catálogo de peleas. Una tras otra, todas a puñetazos y con estilo libre. En la escena de abajo se puede ver cómo comienza el llamado Club de la lucha, cuya primera regla para sus integrantes es no hablar de él. En ella se ve a un escuálido Edward Norton con pocas maneras de luchador. Eso sí, a medida que avanza la película le va cogiendo el truco a los puños y hasta es capaz de pegarse a sí mismo ante su jefe para sacarle una buena indemnización.
El caso Bourne: Dadme un lápiz y dominaré el mundo
El caso Bourne: Dadme un lápiz y dominaré el mundo
Si hay un maestro moderno en esto de las peleas coreografiadas en el cine ese es Jason Bourne. Nadie reparte como él en la pantalla. Es capaz de noquear al adversario más ducho en cuestión de segundos y salir prácticamente ileso de la contienda. Le basta con un lápiz para doblegar a su fornido y armado rival. Y eso que el ataque le pilla por sorpresa.
300: La patada de las patadas
300: La patada de las patadas
En el cine se han visto muchas patadas espectaculares, pero hay una que destaca sobre todas ellas. Es la que Leónidas (Gerard Butler) le propina al emisario que llega a su territorio con amenazas para su pueblo. Al grito de “This is Sparta” lo manda al pozo y desencadena la madre de todas las batallas, la de las Termópilas.
Gladiator: Le echen lo que le echen
Gladiator: Le echen lo que le echen
A Maximus (Russell Crowe) lo mismo le da un tipo gigante que unos cuantos tigres hambrientos. Las ganas de vengar el asesinato de su mujer y su hijo hacen que sobre la arena del circo romano no tenga rival. Da igual lo que le echen, él puede con eso y mucho más. No hay más que verle luchar como todo un gladiador.
Kickboxer: El bailecito de antes no era necesario
A veces pasa (en las películas protagonizadas por actores como Steven Seagal y Jean Claude Van Damme bastante a menudo) que los prolegómenos a una pelea son cuanto menos ridículos. Como este que puede verse en Kickboxer. ¿De verdad era necesario ver al musculado Van Damme contoneándose en camiseta de tirantes de esa manera? Así no es de extrañar que los locales quisiesen apalearle. Eso sí, abriéndose de piernas el actor belga no tiene quien le haga sombra.
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