El madrileño remonta un 2-5 ante el mallorquín y le gana tras 13 derrotas seguidas
“¡Si el Atleti puede tú también!”, le gritan a Fernando Verdasco en
mitad de su partido de octavos contra Rafael Nadal. “¡Si el Atleti puede
tú también!”, le dicen al madrileño, que lleva sobre sus hombros la
pesada carga de las 13 derrotas seguidas previas ante el mallorquín. Es
Verdasco contra la estadística y la lógica. Ningún tenista en activo ha
perdido tantas veces seguidas contra el mismo contrario. Ningún tenista
podría soñar con hacerle dos breaks a Nadal cuando este saca por un
duelo sobre tierra (2-5).
Ningún tenista, y menos él, con su larga racha sin ganar a uno de los cinco mejores (abril de 2010), podría imaginarse remontando ante el número dos con cuatro roturas seguidas. Todo eso hace el madrileño, que con un derechazo (6-3, 3-6 y 7-5), se convierte en el séptimo jugador que gana al mallorquín en arcilla desde 2005 y le propina su novena derrota sobre tierra en los 224 duelos que ha jugado desde entonces.
“No tengo palabras”, dice el madrileño al borde de las lágrimas y
tras besar la tierra azul, albero maldito que impide los apoyos de los
dos tenistas y les obliga a competir como si estuvieran jugando sobre
hielo. “Siento mucha felicidad y pienso en todas las veces que he
intentado ganar y he fracasado”. El checo Tomas Berdych le espera en
cuartos.
Es jueves y el mar de la tierra azul es hoy agua hirviente, cocida por los 30 grados del verano que llega de repente. Por debajo del color azul queda la trampa de una pista mal asentada, demasiado dura e imposible para todos. Aquí se ha dejado un set el serbio Novak Djokovic ante el número 137, Gimeno-Traver.
Aquí ha perdido un parcial el suizo Roger Federer, vencedor ayer (6-3 y 6-2) del francés Gasquet, ante el canadiense Raonic. Y aquí construyó y perdió Nadal una ventaja de 2-5 a través de idéntico camino: igual que se resbalaba Verdasco, empezó a resbalarse él, mientras los restos del madrileño, decididos y arriesgados, le comían los pies con la voracidad del hambriento ante un plato lleno. El mallorquín ganó menos puntos con su saque (43) que cuando se enfrentó al de su contrario (47).
“No te puedes apoyar, y yo hago apoyos muy fuertes”, explicó Nadal, que perderá el número dos a favor de Federer si este conquista Madrid. “En tierra gana el que se mueve mejor, pero aquí te tiran un palo a un lado y tienes el punto perdido. Si las cosas continúan así, habrá un torneo menos en mi calendario (en 2013). No voy a asumir riesgos. Me voy con la cadera cansada de rectificar los movimientos”, siguió. “He perdido porque Fernando ha sido mejor que yo y ha jugado muy bien los momentos importantes.
La superficie es igual para todos”, matizó después, aunque siempre se remitió a la pista para explicar sus puntuales desaciertos técnicos (al querer definir con la derecha) y de concentración (¿cómo explicar si no perder un 2-5?).
“Ya le dije que no jugara este año, y espero que no lo haga el que viene”, dice luego Toni Nadal, su tío y técnico, tras mostrarle su disgusto con la pista a Ion Tiriac, el propietario del torneo, que se plantea volver a la tierra tradicional en 2013 y tiene a sus pisteros trabajando hasta las cuatro de la mañana para intentar asentar la central, construida por una compañía distinta a la que le encargó durante años la investigación sobre la arcilla azul. “Respetamos las opiniones de Rafa, y si el año que viene no juega sería una perdida muy grande para el torneo”, le contesta Manuel Santana, el director de la cita.
Fue un partido feo, lleno de errores no forzados (44 Verdasco; 38 Nadal). Acostumbrado a vivir en el caos, el madrileño acabó coronándose con el gran mérito de superar un Himalaya psicológico, las 13 derrotas previas. La semana que viene, Nadal compite en Roma. A la siguiente comienza Roland Garros. Madrid vivirá en su cabeza. “Me voy con una desconfianza que no debía después de todo el trabajo que venía haciendo”, dijo.
Octavos. Hombres. N. Djokovic-S. Wawrinka 7-6 (5) y 6-4. D. Ferrer-N. Almagro, 7-6, 3-6 y 7-6, tras remontar tres bolas de partido. Mujeres. Octavos. S. Williams (EEUU)-C. Wozniacki (Din.), 1-6, 6-3 y 6-2.
Ningún tenista, y menos él, con su larga racha sin ganar a uno de los cinco mejores (abril de 2010), podría imaginarse remontando ante el número dos con cuatro roturas seguidas. Todo eso hace el madrileño, que con un derechazo (6-3, 3-6 y 7-5), se convierte en el séptimo jugador que gana al mallorquín en arcilla desde 2005 y le propina su novena derrota sobre tierra en los 224 duelos que ha jugado desde entonces.
Siento mucha felicidad y pienso en todas las veces que he intentado ganar y he fracasado”
Verdasco, tras la victoria
Es jueves y el mar de la tierra azul es hoy agua hirviente, cocida por los 30 grados del verano que llega de repente. Por debajo del color azul queda la trampa de una pista mal asentada, demasiado dura e imposible para todos. Aquí se ha dejado un set el serbio Novak Djokovic ante el número 137, Gimeno-Traver.
Aquí ha perdido un parcial el suizo Roger Federer, vencedor ayer (6-3 y 6-2) del francés Gasquet, ante el canadiense Raonic. Y aquí construyó y perdió Nadal una ventaja de 2-5 a través de idéntico camino: igual que se resbalaba Verdasco, empezó a resbalarse él, mientras los restos del madrileño, decididos y arriesgados, le comían los pies con la voracidad del hambriento ante un plato lleno. El mallorquín ganó menos puntos con su saque (43) que cuando se enfrentó al de su contrario (47).
“No te puedes apoyar, y yo hago apoyos muy fuertes”, explicó Nadal, que perderá el número dos a favor de Federer si este conquista Madrid. “En tierra gana el que se mueve mejor, pero aquí te tiran un palo a un lado y tienes el punto perdido. Si las cosas continúan así, habrá un torneo menos en mi calendario (en 2013). No voy a asumir riesgos. Me voy con la cadera cansada de rectificar los movimientos”, siguió. “He perdido porque Fernando ha sido mejor que yo y ha jugado muy bien los momentos importantes.
La superficie es igual para todos”, matizó después, aunque siempre se remitió a la pista para explicar sus puntuales desaciertos técnicos (al querer definir con la derecha) y de concentración (¿cómo explicar si no perder un 2-5?).
“Ya le dije que no jugara este año, y espero que no lo haga el que viene”, dice luego Toni Nadal, su tío y técnico, tras mostrarle su disgusto con la pista a Ion Tiriac, el propietario del torneo, que se plantea volver a la tierra tradicional en 2013 y tiene a sus pisteros trabajando hasta las cuatro de la mañana para intentar asentar la central, construida por una compañía distinta a la que le encargó durante años la investigación sobre la arcilla azul. “Respetamos las opiniones de Rafa, y si el año que viene no juega sería una perdida muy grande para el torneo”, le contesta Manuel Santana, el director de la cita.
Fue un partido feo, lleno de errores no forzados (44 Verdasco; 38 Nadal). Acostumbrado a vivir en el caos, el madrileño acabó coronándose con el gran mérito de superar un Himalaya psicológico, las 13 derrotas previas. La semana que viene, Nadal compite en Roma. A la siguiente comienza Roland Garros. Madrid vivirá en su cabeza. “Me voy con una desconfianza que no debía después de todo el trabajo que venía haciendo”, dijo.
Octavos. Hombres. N. Djokovic-S. Wawrinka 7-6 (5) y 6-4. D. Ferrer-N. Almagro, 7-6, 3-6 y 7-6, tras remontar tres bolas de partido. Mujeres. Octavos. S. Williams (EEUU)-C. Wozniacki (Din.), 1-6, 6-3 y 6-2.
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