lunes, 9 de enero de 2012

Scholes es fútbol


El centrocampista, de 37 años y retirado hace seis meses, regresa al Manchester United por morriña y por la insistencia de Ferguson y participa del triunfo sobre el City


Scholes se escapa de Richards

Scholes se escapa de Richards

A Paul Scholes, acostumbrado durante toda la vida a perseguir la pelota, le pudo el aburrimiento. Reacio a dejar de correr y prodigarse en los medios, observaba cómo su amigo Gary Neville dedicaba el tiempo a la cadena televisiva SkySports. No era lo suyo. Por lo que en septiembre y con el pleno consentimiento del técnico Alex Ferguson, que unos meses atrás le rogó que no se retirara -al igual que a Edwin van der Sar-, ya se entrenaba con el Reservas del Manchester United.


MANCHESTER CITY 2 - MANCHESTER UTD 3

 

Manchester City: Pantilimon; Richards, Kompany, Lescott, Kolarov; Milner, De Jong; Johnson (Savic, m. 46), Silva (Zabaleta, m. 46), Nasri (Hargreaves, m. 82); y Agüero. No utilizados: Hart; Razak, Suárez, Clichy.
Manchester United: Lindegaard; Jones, Smalling, Ferdinand, Evra; Valencia, Giggs, Carrick, Nani (Scholes, m. 60); Rooney y Welbeck (Anderson, m. 75). No utilizados: De Gea; Rafael, Evans, Park y Chicharito.
Goles: 0-1. M. 9. Rooney, de cabeza a centro de Valencia. 0-2. M. 30. Welbeck, de volea. 0-3. M. 39. Rooney, tras el rechazo de su penalti. 1-3. M. 48. Kolarov, de falta. 2-3. M. 64. Agüero, tras dos disparos.
Árbitro: Foy. Amonestó a Nani, Evra y Ferdinand. Tarjeta roja directa a Kompany (m. 11).
Ethihad Stadium: 48.000 espectadores.


"Siempre dije que lo echaba de menos", dice el medio, que no dejó de entrenarse


Pocos días después, Fergie observó desde las cristaleras de Carrington, la ciudad deportiva, al que siempre consideró como su sucesor -"por eso le permitía hablar en sus charlas, porque sus cinco palabras equivalían a un discurso", recuerda el barcelonista Piqué, exjugador del Manchester- y le llamó a su despacho. Amigos como son, convinieron en que, dada su jerarquía en el vestuario y su tono físico, también podría entrenarse con el primer equipo. "Está como un chaval, el mejor de todos", siseaban los compañeros. 

Alguno incluso se sorprendió al ver a Scholes en el vestuario del Etihad Stadium, como Rooney, que aseguró no saber nada. Pero todos aceptaron al Colorado -así le bautizó Tévez-, latido del equipo durante 20 años, que dejó un vacío terrible en la medular, hasta el punto de que frente al Manchester City, en la tercera ronda de la FA Cup (Copa inglesa) -victoria del United por 2-3 gracias al definitivo Rooney y a un error del árbitro, que expulsó a Kompany- volvió a calzarse las botas.

Scholes tuvo un fallo que costó un gol, pero luego durmió el duelo con el 97% de acierto en los pases. "Aunque tenga esa pinta de inglés, no lo parece por su calidad tremenda, su gran golpeo del balón y su imaginación fuera de lo común", explica Ricardo, meta de Osasuna que estuvo un año en Old Trafford. Y es incombustible: ayer sumó 677 duelos, el cuarto que más en la historia del Mufc, solo por detrás de Giggs (893), Charlton (758) y Foulkes (688).

La sorpresa del regreso fue mayúscula porque la palabra de Scholes no suele cambiar. Así se lo aclaró a Steve McClaren hasta en dos ocasiones, cuando trató de reclutarle en su día para la selección inglesa. 

Resulta, sin embargo, que sí se había deslizado desde Old Trafford la posible vuelta de Scholesy. En un curso repleto de topetazos -eliminado de la Copa de la Liga, de la Champions y segundo en la Premier con un 1-6 en el zurrón frente al propio City hace apenas dos meses-, Ferguson considera ahora que tiempos pasados fueron mejores. Por eso convenció a Scholes y por eso habló con Gary Neville para sondear el regreso de su hermano Phil, en el Everton desde 2005. Se trata, sobre todo, de dar ejemplo.

Como esa vez, hace ya ocho años, cuando Scholes sofocó a David Bellion, peleado con medio vestuario por diversos piques en los entrenamientos, con el simple gesto de aparcar delante de su coche e imposibilitarle la salida. Bellion, furibundo, entró para que lo sacara. Scholes, sosegado, respondió con un baño en el jacuzzi y una sonrisa que se contagió por la habitación y, finalmente, a Bellion. "Era un ejemplo. Siempre era el primero en salir a entrenarse, en llegar al vestuario y ¡hasta en bajar a desayunar!", cuenta Piqué. Así opina Ricardo: "Formal, profesional y familiar".

Pero estar en casa con su esposa y sus hijos, ver jugar a uno de sus peques como red devil en las categorías inferiores y pasar la tarde con SkySports y disfrutar de su vicio confesable -las apuestas en las carreras de caballos- no pudieron con el balón. "Siempre dije que lo echaba de menos". Porque Scholes es fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario