Los barcelonistas asumen "el duro golpe" sufrido y se aferran a que queda mucho torneo
Piqué chuta a portería ante la presencia de Héctor Moreno.
El Barcelona se fue del estadio de Cornellà-El Prat a cinco puntos del líder, el Madrid, después de empatar su cuarto partido fuera del Camp Nou en lo que va de temporada. Se han dejado los jugadores de Pep Guardiola a estas alturas 11 puntos, los mismos que durante toda la Liga pasada. "Hablarán del cambio de ciclo, pero la verdad es que no pasa nada. El Espanyol lo ha hecho muy bien, pero no pasa nada.
Quedan muchísimos puntos. Esto es muy largo", dijo el presidente, Sandro Rosell. "Queda mucha Liga", insistió Guardiola, que reconoció la dificultad y lo argumentó: "El Madrid está muy fuerte". "Antes de ir al Bernabéu, la teníamos perdida; después, éramos campeones. Esto no va a así, no es este el análisis. La Liga se complica, pero seguimos adelante.
Esto es muy largo. Ellos perderán puntos, nosotros también y ya hablaremos al final", dijo Piqué, que a punto estuvo de marcar en el último minuto. En la continuación de esa jugada, Pedro volvió a rematar y el balón dio en una mano de Raúl Rodríguez. El árbitro no vio el penalti. El propio defensa del Espanyol lo admitió. "No ha sido una acción voluntaria, pero, en efecto, el balón me ha dado en la mano".
Del palco al campo, no se buscaron excusas en el equipo azulgrana ni siquiera tras esa polémica decisión del árbitro en el último minuto del partido. "Hay que superarlo. Era penalti. No lo han pitado... Pues no lo han pitado. Hemos de mejorar lo que nosotros no hemos hecho bien. Eso es lo único que nos preocupa porque es lo único que podemos controlar", dijo Guardiola. "Ha sido muy rápido. El árbitro no lo ha visto. No podemos hacer nada. Es una lástima que no lo haya pitado, pero hay que seguir", apostilló Pedro.
No puede decirse que a los azulgrana les sorprendiera el nivel del Espanyol porque Guardiola, que ayer repitió alineación por vez primera en el curso -usó la misma que ante el Madrid- les avisó. "Estamos muy bien acostumbrados y las sensaciones pueden indicar que hemos jugado peor de lo que en realidad lo hicimos ante un rival muy exigente", advirtió.
El Barça, que no jugó con su uniforme habitual por vez primera en un derbi porque el árbitro consideró que el color de los pantalones de ambos equipos le confundía, tiró menos a puerta de lo habitual -10 remates, por debajo de los 16,8 de media en lo que iba de temporada- y, además, se topó tres veces con los palos. "Nos ha faltado presencia en el área", resumió Guardiola, "pero descontento no estoy". Feliz tampoco parecía. "Es un golpe duro. El empate nos deja mal sabor de boca", admitió Pedro, que salió en el segundo tiempo, pero trató de mirar adelante: "Queda mucho en juego. Es una lástima, pero hay que seguir".
En esa línea se expresaron sus compañeros. Alves, por ejemplo. "Nos vamos tristes, pero doy mucho mérito a lo que ha hecho el Espanyol, que nos presionó mucho y nos dificultó la salida", aseguró el brasileño, que dijo no haber escuchado los gritos racistas que le dedicó una parte del estadio: "No me molestan estas cosas. No he oído nada". "A nosotros gustarnos no nos gustan", aseguró Rosell.
El portavoz de la directiva, Toni Freixa, advirtió a través de twitter de los insultos racistas hacia Alves. El árbitro no reflejó la incidencia en el acta, pero sí informó del lanzamiento de varias botellas de plástico y monedas al terreno de juego. Una lata de refresco impactó en la espalda de uno de los asistentes, aunque el club localizó al causante del lanzamiento y se practicaron las pertinentes diligencias.
11 puntos perdidos fuera del Camp Nou
En su primer partido del año como visitante, el Barcelona acentuó la principal laguna de su expediente. Con el empate en Cornellà ha dejado escapar ya 11 puntos fuera del Camp Nou. Los jugadores de Pep Guardiola han disputado ocho partidos en terreno ajeno con un balance de tres victorias (Granada, Sporting y Madrid las dos primeras, por la mínima), cuatro empates (Real Sociedad, Athletic, Valencia y Espanyol) y una derrota (Getafe).
La secuencia supone los peores números de la era Guardiola. Desde 2007, cuando el equipo dirigido entonces por Frank Rijkaard sumó 10 de 24 puntos posibles a estas alturas, el Barça no puntuaba menos fuera. El equipo actual ha conseguido 13 de 24.
El Espanyol se convierte además en el equipo que más puntos ha quitado al Barça en las cinco últimas temporadas: 16 por 13 el Madrid.
La secuencia supone los peores números de la era Guardiola. Desde 2007, cuando el equipo dirigido entonces por Frank Rijkaard sumó 10 de 24 puntos posibles a estas alturas, el Barça no puntuaba menos fuera. El equipo actual ha conseguido 13 de 24.
El Espanyol se convierte además en el equipo que más puntos ha quitado al Barça en las cinco últimas temporadas: 16 por 13 el Madrid.
Pochettino: "Reforzamos nuestra idea"
Pochettino defendió el valor moral del empate por encima del numérico: "Para mí es un empate que fortalece nuestra idea futbolística y nuestro trabajo. Quiero recordar que tiempo atrás había gente que dudaba de nuestra propuesta y esto lo que hace es disipar cualquier duda". La apuesta del argentino pasaba no por robarle la posesión al Barça, sino por hacerlo en las zonas más adelantadas. "Está claro que hubo fases del partido en las que quienes mandaban eran ellos y en otros momentos nosotros. Hoy hemos hecho el fútbol del Espanyol, tratando de combinar y generar situaciones de peligro a ser posible en superioridad. No hubo la agresividad mal llamada, y el dominio del balón ha sido parejo, así como las situaciones de gol", defendió Pochettino.
No quiso pronunciarse el entrenador del Espanyol acerca de las manos de Raúl Rodríguez. "Está claro que un hincha del Barça dirá que les han robado el partido por esa jugada y los nuestros pensarán que no. No podemos controlar lo que dirá cada uno", zanjó. Adornando el estadio, una pancarta rezaba: "Catalunya es més que un club", título del libro escrito en 1994 por el abogado catalán y gerente del Barcelona Armand Carabén. En el palco, el presidente del Espanyol, Ramón Condal, no podía ocultar su felicidad. "Estoy contento porque hemos jugado un gran partido, el resultado ha sido justo y la afición ha disfrutado mucho. Hace muchas temporadas que no habíamos visto un derbi con tanta calidad e intensidad".
La peor parte del derbi se la llevó Cristian, el portero y capitán del Espanyol, que sufrió una lesión muscular y tuvo que ser sustituido por Casillas. Cristian será sometido hoy a unas pruebas, pero difícilmente podrá jugar en la Copa el partido de vuelta contra el Córdoba, el miércoles. Casillas fue expulsado en el partido de ida.
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