Sin duda, lo más destacable de lo poco que llevamos del 2012 es la evolución del tipo de cambio europeo, el Euro. Y es que en tan sólo 5 sesiones ha pasado de estar a punto de recuperar niveles por encima de los 1,30 a perforar el 1,28. Esta caída es especialmente relevante desde un punto de vista técnico.
En este gráfico se observa la evolución del Euro en base diaria desde junio de 2010, fecha esta última en la que se inició el último tramo alcista principal de la tendencia general procedente de los primeros años de los 2000’s.
Si se desglosa este tramo alcista principal se verá que uno de sus mínimos crecientes más relevantes fue el marcado en enero de 2010 entre el 1,2971 y el 1,2867. Un poco por debajo de este zona se encuentra el desdoblamiento del canal alcista que se inició en junio de 2010 y que se perforó en septiembre de 2011. El nivel es en este momento el 1,2800.
Toda esta zona se respetó dentro del movimiento bajista en el que la divisa está sumida en diciembre. Esta semana vimos incluso un amago de rebote. Sin embargo, en las 2 últimas sesiones y a raíz de las múltiples noticias negativas aparecidas en tan sólo una semana (posible impago de Grecia a la vuelta de la esquina, peores datos de déficit en España, renovados rumores de bajada de rating a Francia, etc.) la divisa ha perforado toda esta zona.
Las consecuencias técnicas son, evidentemente, muy negativas. La ruptura de esta zona indica que el camino hacia el entorno del 1,25 e incluso hacia la zona de soporte clave estructural de largo plazo (ver post del 29 de diciembre "Expansión cuantitativa") situada entre el 1,1640 y el 1,1933 queda abierta ya que se trata de una señal que ratifica el cambio de tendencia del movimiento alcista iniciado en junio 2010.
Sin embargo, hay que dar un pequeño voto de confianza en el corto plazo. La zona de soporte que se ha perforado es clave. Y el hecho de que la tendencia esté siendo demasiado vertical podría provocar una ruptura en falso, al menos en una primera instancia (riesgo de "trampa bajista"). Por lo tanto, el comportamiento de la divisa europea en los próximos días será clave. Si no logra recuperar toda la zona de soporte rápidamente (1,2800 a 1,2971), se podrá considerar rota la zona de soporte y, en este caso, el camino hacia abajo quedará totalmente despejado. En caso contrario, podríamos asistir a un rebote de cierta envergadura.
Por lo tanto, se está en un momento crítico y lo mejor es ver qué ocurre en los próximos días. Si se recupera rápidamente el 1,2971 y, sobre todo, si se supera el 1,31 con fuerza, será momento de comprar, al menos para aprovechar un rebote potencialmente significativo dentro de la tendencia bajista de grado intermedio en la que se encuentra la divisa. En caso contrario, será el momento de vender más agresivamente ya que el camino hacia los 1,2500 estará totalmente abierto.
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