Los diarios concluyen que el empate en el duelo televisivo de anoche beneficia al socialista, el favorito en las encuestas
La prensa francesa no tiene un claro ganador para el debate
presidencial que ayer enfrentó a Nicolas Sarkozy y François Hollande,
pero coinciden en resaltar que esto convierte en vencedor de las
elecciones al socialista. Un debate en tablas, cuando la distancia entre
los candidatos es de entre ocho y seis puntos, consolida a Hollande
como más que probable ganador en las urnas. El socialista resultó mejor
de lo esperado, apuntan los diarios galos, que en su mayoría califican
el cara a cara como vivo, rápido y tenso. Muy tenso.
Precisamente así, Tensión, titula el diario de izquierda Libération su editorial. Casi un calco del titular de portada de Le Figaro,
considerado como el medio más próximo a Sarkozy, que titula en primera:
"Alta tensión. Nicolas Sarkozy y François Hollande propusieron dos
visiones de la sociedad francesa en un clima tenso"
El diario conservador, ya en su editorial, Lo antiguo y lo moderno,
asume las dificultades claras de Sarkozy para alzarse con la victoria
el domingo. “Todos los dirigentes que, en Europa, desde 2008, han debido
afrontar una elección, se han encontrado en esta posición.
Y todos han
perdido”, sentencia. El diario, sin embargo, sale al rescate del
presidente destacando que François Hollande nunca ha tenido
responsabilidades mientras Sarkozy ha sido presidente durante los peores
años de la crisis, por ello, el socialista invitó a los espectadores a
presentar al presidente como el culpable de todos los males que aquejan a
Francia: la deuda, el paro.
Le Figaro se aleja del debate de
anoche para juzgar el discurso de Hollande (que resume en impuestos y
redistribución) como trasnochado, simple e inútil. “Era el rol de
Sarkozy recordar a su rival que el mundo ha cambiado desde que los
socialistas dejaron el poder”. Hollande es, para Le Figaro, el
jefe de una izquierda “que tiene más talento para hablar del pasado que
para imaginar el futuro” y considera que Sarkozy dio pruebas anoche de
que quien sale del poder puede ser más moderno que quien aspira a
remplazarlo.
En el otro extremo ideológico, Libération,
titula en primera: "François Hollande preside el debate. El candidato
del PS, fortalecido, Nicolás Sarkozy, a la defensiva". “Los dos
finalistas a la elección presidencial tenían un deseo manifiesto de
presentar batalla”, asegura el diario de izquierda antes de describir la
imagen que, a su juicio, dieron ambos. ParaLibération, Nicolas
Sarkozy estuvo luchador y pegadizo. “A la ofensiva pero, a menudo,
también a la defensiva”.
Frente a él, un Hollande al que el diario
considera “notablemente más sereno”, lejos de mostrar la presión y de
atacar al oponente. Libération destaca las frases más
sobresalientes del líder del PS (“Haría mal en tratar de hacerse la
víctima”, “Nada es nunca culpa suya”). Y después asegura que la gran
paradoja de Sarkozy es haberse negado a asumir el balance de su mandato.
El diario resalta que, en el escenario de un debate de confrontación,
Hollande consiguió marcar bien su posición.
Le Monde, cuya edición es vespertina (sale a las 14.00), contó con François Fressoz, editorialista, para analizar el debate en un chat
con los lectores al final del cara a cara. Para Fressoz el debate no
tuvo un claro ganador ni hará mover demasiado a los indecisos. Lo
califica de técnico y poco comprensible pero su conclusión es clara:
Hollande no se dejó dominar por Sarkozy que solo logró ponerle en
aprietos en el tema de la inmigración y lo intentó, sin demasiado éxito,
con la energía nuclear.
Esto convierte a Hollande en beneficiado de un
debate en tablas: ”Como Hollande partía en posición de favorito, se
puede decir que permanece en ella”. Fressoz destaca que Sarkozy intentó
atraer a los votantes de Le Pen, baza aprovechada por Hollande que acusó
al presidente de enfrentar y dividir a los franceses, coronándose él
como el presidente de la unidad.
Hollande, en opinión del analista, dio
seguridad y no la impresión del que podía ser su mayor hándicap: su
inexperiencia (nunca fue ministro). El editorialista asegura que el
punto de inflexión llegó cuando, después de que Hollande repitiese
varias veces “Yo, el presidente de la República”, Sarkozy fue incapaz de
detenerle y acusarle de arrogante. Sarkozy se jugó todo a la carta de
ser el hombre de Estado y ese fue su error, considera Fressoz, ya que no
hizo propuestas.
Además, si bien Sarkozy se ha dedicado las últimas
semanas a intentar atraer al electorado de Marine Le Pen, anoche, opina
Fressoz, hizo guiños a la derecha y al centro, corriendo el riesgo de
mostrarse menos convincente a cada rato ante unos y otros.
El diario católico La Croix destaca la lucha de Sarkozy
por batir a su oponente en lo que, considera, una lucha de ambos por
consolidar a su electorado y arañar votos de los indecisos. Para La Croix,
el presidente consiguió poner a la defensiva al socialista. Sin
embargo, su conclusión no beneficia al actual presidente: “El Jefe de
Estado pudo anotarse puntos, sin duda, pero su dominio ni ha sido tan
decisivo como para invertir la tendencia instalada en estas
presidenciales donde se encuentra en posición de desventaja.”
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