El jugador del Atlético marcó el 1-0 y forzó el penalti del segundo en el triunfo ante Serbia. Debutaron también Juanfran, Domínguez, Beñat y Javi García. España estuvo sosa.
Al solecito de Saint Gallen, España aún no se sintió en competición pero tuvo porte suficiente para tumbar a Serbia gracias a Adrián,
que le puso picante a la convocatoria de mañana de Vicente Del Bosque
con un gol de cabeza regalado por la conexión Betis-Sevilla
(Beñat-Navas) y un penalti bien forzado que Cazorla convirtió en el 2-0.
El estado de gracia de Adrián, su comprensión natural, casi innato, del fútbol ornamental que ha llevado tan lejos a la Selección, genera dudas
sobre la decisión final del técnico, obligado a consultar con la
almohada si es mejor no alterar el ecosistema clásico de la Selección y
tirar de las vacas sagradas o apostar por las musas de Adrián. Si el
pasado es una pista, Del Bosque nunca se ha cortado por más que haya cargado con fama de político.
Pronto saldremos de dudas.
El partido, además de por todos los debutantes (Juanfran, Beñat, Javi García, Domínguez y Adrián) tuvo un aroma inconfundible de pretemporada.
Con el Barcelona tirando los últimos cohetes de la era Guardiola en el
Camp Nou, los jugadores del Athletic reponiéndose del segundo estacazo
en dos semanas, Mata y Torres recién aterrizados y la lista definitiva
todavía en el horno, era difícil esperar otra cosa del amistoso ante la
nueva Serbia de Sinisa Mihajlovic, ese buscavidas serbio que tenía una
zurda privilegiada como futbolista y que como buen segundo de Roberto
Mancini en sus primeros días de entrenador no tiene el más mínimo pudor
en llenar a su equipo de defensas si el panorama así lo exige.
En Saint
Gallen, hasta cinco.
Así que Del Bosque, que como buen estadista es consciente de que el
país y la crítica le van a permitir que se lo tome con tiempo, inventó dos modelos ofensivos,
uno por tiempo, para intentar darle algún sentido al amistoso. En
realidad, los dos onces fueron híbridos del modelo tipo que utilizó para
ser campeón del mundo.
El doble nueve, una apuesta casi imposible cuando terminen de llegar todos los artistas, fue la sorpresa titular. Negredo, que sí se acercó al gol en dos ocasiones, y Soldado no
mezclaron demasiado bien. Y a España no le corrió el balón en la
primera parte ante el muro serbia.
Sin Xavi, Iniesta, con Silva suplente
y con Cazorla espeso, los únicos jugadores reconocibles fueron Xabi
Alonso, que estuvo a punto de hacer un gol de bandera desde más de 50
metros, y Navas, que sin ser un representante genuino del estilo de
España, le da otra alternativa: la profundidad.
Pero España estuvo
sosísima y hasta concedió oportunidades por la banda de Kolarov, el
colega de Silva en el City. Lekic marcó cerca del final de la primera parte, pero el gol se le anuló por fuera de juego. Justo.
Con Silva y Adrián, España pareció más España. Es el perfil
que Luis eligió hace unos años y es donde más se reconoce la Selección.
Sin dar una exhibición, España, que también aprovechó el debut de Beñat para aumentar su creatividad,
sí fue capaz de detectar fisuras en la defensa de Serbia. Sobresalió
Adrián, que se coló entre los centrales para hacer el 1-0 después de una
combinación estupenda entre Beñat y Navas y luego dibujó un desmarque
perfecto.
España se va de Saint Gallen con un 2-0 plácido y Del Bosque se lleva a su asiento de vuelta a Schruns y a la almohada de su habitación del hotel Lowen una duda muy razonable: Adrián sí o Adrián no.
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