En la provincia de Orense
La comarca de Ribeiro, dentro de la provincia de Orense en su límite con Pontevedra, ha crecido y se ha desarrollado en torno a la producción de sus sabrosos vinos. La crianza de las uvas que dan sentido a los caldos más sabrosos de la región, su cuidado y transformación han sido los vectores básicos de la vida económica, política y cultural de la zona desde hace tiempo.
Esta comarca tiene más de 2.500 hectáreas de viñedos que comprenden varios municipios encabezados por la capital de la comarca, Ribadavia: Arnoia, Castrelo de Miño, Leiro, Cenlle y otros municipios que viven y respiran a través de sus deliciosos vinos. Una muestra de ello es el paisaje repleto de viñedos de esta comarca.
El clima de la comarca favorece la crianza de los vinos
ya que la configuración geográfica resguarda las hectáreas de cultivo
de temperaturas y vientos extremos que pueden estropear las uvas.
Al
margen de un clima totalmente favorable, la mezcla de las distintas
variantes de uva, es el secreto del éxito de estos caldos. Se utilizan
preferentemente las variedades que de forma natural se han criado en la
comarca, aunque también se añaden algunas foráneas que dan a los vinos
un toque diferente.
Durante un tiempo pasado -la peor época para el
Ribeiro- se utilizaba exclusivamente una uva extraña a la tierra hasta
que finalmente los viticultores se decidieron a volver a las uvas
propias regresando el éxito de antaño. La estrella es la llamada
treixadura que es la que más se utiliza y la que aporta intensos aromas
frutales y pequeñas notas florales.
La producción mayoritaria es la del vino blanco generándose muchas variedades distintas dentro de la Denominación de Origen que la comarca ostenta desde 1976, pero hasta entonces, el vino sufrió diversos altibajos. El historiador griego Estrabón ya habló del cultivo del viñedo en Ribeiro en el siglo II antes de Cristo.
En el pasado la actividad vitivinícola era primordial, mientras que en la actualidad ha sido ligeramente desplazada por el sector del turismo, que también contribuye en el auge de la industria del vino. Los caldos de la región fueron mimados por todos los moradores de estas tierras, en especial por los monjes cistercienses.
Fue al final de la Edad Media cuando se comenzaron a exportar los vinos fuera de España a lugares como Irlanda, los Países Bajos, Francia o América aumentando a lo largo del tiempo y del mundo hasta llegar a la época actual, cuando es uno de los vinos más conocidos del panorama internacional.
En esa primera etapa de esplendor, los caldos del Ribeiro fueron utilizados como intercambio en trueques dentro del comercio de los paños y el oro, llegando a diversas partes del mundo aún sin pretenderse. Se dice en la comarca, que algunas botellas viajaron escondidas en las bodegas de los barcos que cruzaban el atlántico hasta el Nuevo Mundo.
Fue después del siglo XVI cuando la difusión y la calidad disminuyeron sumiendo a la región en un proceso de crisis. Buena culpa la tuvieron las distintas enfermedades que atacaron a los viñedos, especialmente a los autóctonos.
La uva de la comarca dejó de tener la calidad que tenían y disminuyeron en cantidad debido a varios factores como las guerras que España mantuvo con Europa, los nuevos focos de competencia interna, como fue Rioja, o externa, como los vinos portugueses. También influyó la emigración de los gallegos, que dejó al campo sin trabajadores para mimar los viñedos.
Esto demostró una vez más, que el vino y su producción han ido oscilando a través de las circunstancias históricas y sociales y viceversa.
FIESTAS TEMÁTICAS
Una de las circunstancias que mejor reflejan este hecho es la celebración de fiestas alrededor del vino. Desde 1964, en Ribadavia se celebra la Feria Exposición del vino de O Ribeiro que permite probar los deliciosos caldos de añada. Esta fiesta tiene lugar en los primeros días de mayo y ha sido declarada como interés turístico nacional. Además se celebra otra fiesta donde el principal protagonista es el pimiento.
Se celebra en Arnoia el primer fin de semana de agosto y el vino es el fiel acompañante de los 12.000 kilos de pimiento de media que se toman de las más diversas maneras: asados, fritos, guisados...
La celebración más destacada, que además va aumentando su importancia año a año, es la fiesta de la "Istoria" en Ribadavia. Tiene lugar en el mes de agosto y las calles de la localidad vuelven a la Edad Media durante unos días en que los vecinos asisten engalanados como en el siglo XII.
Ribadavia vuelve a homenajear a la Virgen del Portal, la patrona de Ribeiro en las calles del barrio judío, las proximidades del Castillo de los Sarmiento -monumento con más solera y característico de la ciudad- y las pequeñas callejuelas características de las juderías que se llenan de puestos donde la gastronomía y el vino unen dos épocas muy diferentes.
Además se celebran bodas judías, bailes, competiciones de tiro con arco e incluso exhibiciones de cetrería. Todo esto hace que más de cien mil personas asistan a esta fiesta especial.
CONOCER LA TIERRA
A pesar de que Ribeiro es conocida en el país y fuera de sus fronteras por sus vinos, la comarca tiene muchos más encantos entre sus calles, sus campos y las gentes de sus pueblos. Sin duda, Ribadavia tiene una visita imprescindible ya que desde antaño ha sido el centro de la comarca.
Los nobles, como los Sarmiento, dejaron su huella en multitud de edificios de gran belleza como el Pazo de los Condes en plena plaza Mayor del municipio o el castillo que lleva el nombre de los Sarmiento. Junto al castillo se pueden encontrar los restos de la antigua muralla que protegía a la ciudad a partir del siglo XIV.
Las edificaciones religiosas de los siglos XII y XVI, como las iglesias de Santa María Magdalena o la de Santiago, o las edificaciones construidas por los judíos durante su larga estancia en la ciudad merecen una visita para conocer las costumbres.
Hay que destacar la Casa de la Inquisición construida en el siglo XVI con los escudos de varias familias de Ribadavia relacionadas con la oscura institución. Además, el viajero puede observar la iglesia y el convento de Santo Domingo, construidos en el siglo XIII y con una combinación entre el románico y el gótico, además de elementos barrocos.
Las instalaciones del convento, que fue uno de los centros más importantes de dominicos en Galicia, son actualmente utilizadas como residencia de ancianos. En la villa también se asentaron los franciscanos y dejaron su huella en el templo separado de la ciudad por el río Avia.
Ribadavia es un lugar de carácter monumental y, sin embargo, en toda la comarca de Ribeiro se pueden encontrar monumentos de interés. Leiro cuenta con dos construcciones declaradas monumentos nacionales.
El primero es el monasterio de San Clodio, construido en el siglo X, que fue muy influyente en la economía de la región y decisivo en la difusión del vino de Ribeiro. En la actualidad, los viajeros pueden disfrutar del descanso en su interior, ya que es utilizado como hotel.
El segundo de estos monumentos nacionales es el puente medieval de San Clodio que une las dos orillas del río Avia y fue erigido en el siglo XV. Dos siglos más tarde y cercano a este puente, se levantó el Pazo Viña Mein que actualmente es la sede de una bodega de Ribeiro.
En Cenlle encontramos el santuario más visitado de esta comarca, el de San Benito de Cuñas, construido en el siglo XVIII.
En Beade, que en el medievo era encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén, se encuentra el templo de Santa María y una capilla dedicada a San Benito. Lo más destacado de Beade es el viacrucis que se encuentra entre ambos templos.
Está formado por catorce cruceiros que llevan hasta el calvario. En Carballeda de Avia, Castrelo de Miño, Arnoia, Cortegada, Melón, Avión y sus pequeñas parroquias siguen esta línea de encanto monumental sorprendiendo al viajero en cada rincón.
Más información: Oficina de Turismo de Ribadavia: www.ribadavia.net
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