viernes, 30 de marzo de 2012

¿Cuánto tiempo seguirá Ferrari apoyando a Massa?



 


Es historia en Ferrari que, en 2009, cuando ninguno de los monoplazas italianos habían puntuado en las tres primeras carreras, Montezemolo presentó en la reunión con los ingenieros  un hábito de monje: con este quería mostrar un símbolo de hermandad entre los miembros del equipo ante el trabajo tan duro por delante, pero también  quería inspirar un espíritu de serenidad ante las dificultades. El mismo  que se está aplicando con Felipe Massa.

Lo contaba la misma página oficial de Ferrari. En la recepción habida en Maranello para celebrar la victoria de Malasia, el presidente pidió cuatro aplausos diferentes. El segundo fue para Felipe Massa. Si para Alonso pidió el reconocimiento del éxito, para el brasileño fue una forma de "renovarle toda la confianza del equipo en momentos difíciles".

"Recuerdo bien que, hace cuatro años, de hecho, después del Gran Premio de Malasia, que ganó Raikkonen para nosotros, Felipe estaba más o menos en la misma situación que ahora", explicaba estos días Stefano Domenicali, "los periódicos exigían su sustitución inmediata, pero él logró reaccionar de la mejor manera posible gracias al apoyo del equipo, y luego ganó dos de las tres carreras siguientes. Recordamos cómo terminó aquella temporada, campeón del mundo, aunque fuera por unos segundos".

Pocos creerán a Felipe Massa capaz de lograr una reacción semejante esta temporada. Pero tan destacado como el duro tiroteo que está recibiendo de todos lados, lo es también el  extraordinario apoyo  que está recibiendo de Ferrari en los momentos más duros. Porque si hay algo que distingue a Ferrari es un férreo espíritu de equipo que se hace más presente cuanto más difícil es el panorama.

Seguro que Luca Cordero de Montezemolo y Stefano Domenicali son conscientes del problema que tienen con su piloto. Ni en la temporada pasada, ni en estas dos carreras de 2012 ha conseguido bajar de la quinta posición. El equipo italiano no puede permitirse otro año así.  

Sin embargo, de puertas para afuera, los dirigentes de Ferrari se han volcado  y han cerrado filas con Massa una y otra vez de manera admirable.

"Este es un momento particularmente difícil para él, porque no puede sacar el máximo de un monoplaza que, objetivamente, muy difícil de conducir. Tenemos la obligación de estar cerca de él, como debe ser en un equipo tan unido", también declaraba Domenicali justo después de  Malasia, a pesar de las grandes diferencias con Alonso. 

Pero es que el brasileño, antes, había sido utilizado como "conejillo de indias" con los neumáticos, por ejemplo.  En Australia se sospecha que el equipo había incorporado  a su monoplaza ciertas soluciones a modo de prueba que fueron un desastre.  El chasis nuevo que el brasileño recibió en Sepang quizás estuvo justificado por lo anterior. Felipe Massa no es Alonso, desde luego, pero quizás también está jugando un papel en Ferrari que el equipo no quiere olvidar, y lo devuelve cerrando filas en torno al brasileño.

Con semejante apoyo público, el equipo italiano puede querer lanzar el mensaje de  que, si Massa fuera despedido durante esta temporada, no será porque sus responsables no lo han intentado con su piloto. Además, Ferrari también presume de marcar el tempo con sus decisiones, y no ser mediatizado por los medios de comunicación. Tras el fracaso de Abu Dabi 2010 sus responsables no tomaron ninguna decisión con Chris Dyer, el responsable de estrategia, hasta pasados varios meses.

"Este es el espíritu del equipo, y aquí estamos, listos para ayudarle", volvía a recordar Domenicali cuando anunciaba que el brasileño, en vez de viajar a Brasil con su familia estos, iba a pasar dos días en Maranello para intentar comprender la causa de sus problemas. Ciertamente, al menos de puertas para fuera, Felipe Massa no puede estar más arropado. El mejor consuelo, ante  el duro futuro que le espera.

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