miércoles, 14 de marzo de 2012

28 belgas, 22 de ellos niños, mueren en Suiza en accidente de autobús

Los menores, entre los 10 y 15 años de edad, volvían de un campamento de esquí

El vehículo chocó contra la entrada de un túnel de noche en una confusa maniobra

 


Primeras imágenes del autobús destrozado y uno de los colegios de las víctimas.


Las vacaciones blancas se han cubierto de sangre y Bélgica de luto con la muerte en Suiza de 22 escolares (entre los 10 y 15 años de edad) y seis adultos en un accidente de autobús que ha puesto trágico final a la tradicional semana de vacaciones en la nieve. Por razones aún desconocidas, pero según las primeras informaciones atribuibles a un exceso de velocidad, en la noche del martes el autobús en que viajaban hizo una maniobra en falso y acabó estrellándose contra la entrada de un túnel alpino en el cantón del Valais, en la parte sur de Suiza limítrofe con Francia e Italia.



“Es un día trágico para Bélgica”, ha dicho el primer ministro Elio du Rupo, reflejando el sentimiento de un país sobrecogido. El primer ministro se desplazará al lugar esta tarde. Los cadáveres han sido trasladados a la morgue de la localidad de Sion, a una hora y media de Ginebra. Los familiares se dirigen hacia el lugar para las labores de identificación.

El accidente se produjo poco después de las 21.00 cerca de la localidad suiza de Sierre, aunque ha sido la noticia con que se han despertado los belgas este miércoles. El autobús volvía ya a casa con 52 personas, casi todos escolares de primaria de dos localidades de Flandes, tras disfrutar de unos días de fiesta en la nieve suiza de Val d’Anniviers, una de tantas estaciones de esquí que se llena de escolares en estas vacaciones de primavera. De hecho, el vehículo formaba parte de un grupo de tres que viajaban juntos, según el ministro belga de Exteriores, Didier Reynders.

El autobús apenas había entrado en la autopista en dirección hacia Lausana cuando chocó contra el lateral de la vía, el conductor perdió el control y el vehículo fue a estrellarse de pleno y frontalmente contra la entrada de un túnel. La parte delantera del autocar quedó convertida en un amasijo de hierros. El resultado fue la muerte de 28 personas, 22 de ellas los escolares de alrededor de 12 años de edad, y los dos conductores. Los niños son alumnos de dos colegios de las localidades de Lommel y Heverlee (en el norte de Bélgica).



Los equipos de rescate, a la entrada del túnel.


El primer despliegue de equipos de emergencia, que movilizó a unas 200 personas en el lugar, tuvo que trabajar con denuedo para rescatar de entre los hierros a algunos de los 24 supervivientes, casi todos niños. Todos fueron trasladados en ambulancias y helicópteros a diversos hospitales de la región. Los más graves están ingresados en el Centro Hospitalario Universitario de Vaud (Lausana) y en el hospital de la Isla de Berna, la capital del país.

Se espera que las familias de las víctimas lleguen al lugar del accidente a lo largo de la mañana. Durante la mañana, se han ido reuniendo en Valais, en medio de escenas de angustia, acompañados por un grupo de psicólogos. El diario La Tribune de Ginebra informaba pasadas las 11 de la mañana (hora española) de que aún no han sido identificados todos los cuerpos, por lo que todavía hay padres que no saben si sus hijos están entre los fallecidos.

“En el Valais nunca habíamos visto una cosa así, y probablemente tampoco en Suiza”, declaró un portavoz policial helvético. Se trata del peor accidente en el cantón del Valais, que en 2005 también vio morir a 12 personas al despeñarse otro autobús. El más mortífero habido en Suiza se produjo en 1982 en un paso a nivel donde un autobús de turistas alemanes fue alcanzado por un tren que se llevó por delante 39 vidas.

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