miércoles, 8 de febrero de 2012

Contador: "Queda claro que no me he dopado"

Un día después de ser suspendido dos años, Contador subraya que la resolución del TAS le deja "un sentimiento de inocencia" y que seguirá en el ciclismo "de forma limpia, como siempre" 

 

Contador

Contador, tras la rueda de prensa en Pinto.


Experto en demasiadas tardes de expectación máxima detrás de los micrófonos, el ídolo Alberto Contador -muy serio, las patillas finas, continuación perfecta, lineal, de la cicatriz que recorre su cráneo, recuerdo táctil y visual de su pasado más duro, el del cavernoma que en 2004 le dejó al borde de la muerte, la línea de su memoria- subió firme y decidido, entre aplausos de la claque, al escenario en un hotel de Pinto.

El ambiente -casi asambleario pese a las cámaras, gente tirada por el suelo con ordenadores sobre las rodillas, ancianos, mujeres y niños de pecho que llevaban horas guardando su sitio y vitoreando a su as, Óscar Pereiro entre ellos, líder natural de los indignados- era el decorado ideal para una escena de catarsis, la peripecia del héroe que se busca tras el error involuntario que hundió su vida.

Pero Contador, de Pinto, de 29 años, dos (tres) Tours, un Giro (dos), una Vuelta en sus piernas, no es de esos. Para él era, como siempre, una oportunidad para reivindicarse, víctima del sistema. "He vivido un calvario de año y medio que no se lo deseo a nadie", dijo; "por favor, y lo digo pensando en el futuro, que se logre hacer más cortos los procesos".

Pese a ello, se mostró exquisito, prudente, evasivo, ante preguntas que le invitaban a criticar a la Unión Ciclista Internacional (UCI), su presunta codicia recaudatoria; al TAS, al sistema. "La UCI era una parte en el proceso", dijo en medio de la cacofonía y el caos de tantas voces chillando a la vez alrededor de la mesa que compartió con su jefe, Bjarne Riis, quien con su presencia mostró expreso su apoyo, y los jefes de prensa del equipo y el suyo personal. "Cada uno estábamos en un lado y no voy a valorar su comportamiento", apostilló.
Cuando le preguntaron si se sentía perseguido, respondió: "Se dicen cantidad de cosas y se pueden pensar muchas más, pero que cada uno saque sus propias conclusiones. Voy a seguir muchos años en este mundillo y no voy a valorar eso".

"Me queda la satisfacción de que la resolución del TAS [Tribunal Arbitral del Deporte], sus 98 folios, dejan claro que no me he dopado", añadió, casi desafiante, para marcar el territorio y el tono; "me queda el sentimiento de inocencia". Con ello, Contador explicó por qué ha decidido seguir siendo ciclista pese a que, cuando le comunicaron el positivo, prometió que lo dejaría si le sancionaban: "Voy a seguir en el ciclismo, seguir de forma limpia, como lo he hecho toda mi vida, como marcan los valores de honradez, justicia y disciplina que me han enseñado desde pequeñito. Ahora estoy bajo de moral, pero estoy seguro de que esto me hará más fuerte en el futuro".

La resolución del TAS, en efecto, señala que se le sanciona por una infracción al reglamento antidopaje -si no, sería imposible sancionarle, claro- y que, dentro de las tres posibilidades que ante los árbitros ofrecieron las partes -carne, sangre, suplementos-, la que más peso dio en la balanza de probabilidades fue la de los suplementos energéticos: también se puede entender que el TAS piensa que no se puede afirmar no que se haya dopado, sino que no se ha dopado. "Consumo suplementos, pero no han demostrado ni intencionalidad ni negligencia. Y, pese a ello, me han aplicado la pena máxima y me han borrado un Tour y un Giro.

Y [aplausos y vítores de su gente de Pinto], en cuanto a esto, no soy una persona que busque un palmarés lleno de números de victorias. Yo me quedo, y disfruto, con el recuerdo que pueda tener de ellas la gente en sus retinas y con la satisfacción del trabajo bien hecho. Por eso, por más vueltas que le doy, no llego a entender la decisión".

Entre periodistas de toda Europa, cámaras de todo tipo de televisiones y programas, fans familiares y amigos, también se encontraban entre los asistentes a las primeras palabras de Contador tras la sanción parte de su equipo de abogados: Mike Morgan, Luis Bardají, Andy Ramos y Gorka Villar. 

Si Contador dijo que aún no sabía si recurriría la sanción a un tribunal ordinario, el federal helvético, pero que pelearía hasta el final -"les he dicho que quiero luchar hasta que se pueda"-, su entorno tampoco aclaró si presentarán un recurso que se resolvería dentro de meses y que no suspendería el cumplimiento de la sanción. "Lo estamos estudiando", dijo Villar, "pero será él quien decida".

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